Tanto Sudán como Egipto consideran que el proceso de llenado de la presa podría afectar severamente los niveles de agua del Nilo en sus respectivos tramos.
Jartum,-El ministro de Recursos Hídricos sudanés, Yaser Abás, dijo hoy que confía que la sesión extraordinaria del jueves en el Consejo de Seguridad de la ONU sirva para "detener las medidas unilaterales" de Etiopía respecto al llenado de la presa que está completando en el Nilo Azul, tras el estancamiento de las negociaciones.
En una rueda de prensa, Abás dijo que espera que el Consejo de Seguridad apoye las demandas de Jartum para resolver la disputa de la presa del Nilo, que enfrenta desde hace años a Etiopía con Sudán y Egipto, países río abajo que denuncian que llenar la presa unilateralmente podría representar una amenaza para su seguridad nacional.
"Le hemos pedido al Consejo de Seguridad que solicite a Etiopía detener las medidas unilaterales y fortalecer la metodología para negociar el asunto de la presa bajo los auspicios de la Unión Africana", indicó el ministro en la conferencia.
Asimismo, denunció que Etiopía no ha proporcionado aún ninguna información ni documentos sobre "la seguridad de la presa", un requisito que representa "una condición importante" para alcanzar un acuerdo.
Según Abás, la aprobación del Consejo de Seguridad para celebrar una reunión extraordinaria "confirma el argumento respecto a la amenaza que representa la presa a la seguridad y estabilidad regionales".
Por su parte, el jefe de la delegación negociadora sudanesa para la presa, Omar al Farq, manifestó su esperanza en que el Consejo de Seguridad "reactive la vía negociadora" entre los tres países de la cuenca del Nilo, después de que las conversaciones se estancaran el pasado abril.
El próximo jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará una sesión extraordinaria sobre el expediente de la presa etíope a petición de los países árabes, algo que Etiopía rechaza al considerar que el problema se tiene que discutir a nivel africano.
El punto enquistado entre los tres países es el segundo llenado de la presa, con el que Etiopía tiene la intención de proceder aunque no se llegue a un acuerdo con Egipto y Sudán, que rechazan las acciones "unilaterales" del país africano.
Tanto Sudán como Egipto consideran que el proceso de llenado de la presa podría afectar severamente los niveles de agua del Nilo en sus respectivos tramos.