"El Emirato Islámico (como se autodenominan los insurgentes) desde el principio hasta ahora creyó que los problemas deben resolverse mediante conversaciones".
Kabul,- El Gobierno afgano y los talibanes se acusaron mutuamente este miércoles de entorpecer las conversaciones de paz, que tienen como objetivo principal poner fin a dos décadas de guerra en Afganistán.
"El aumento sin precedentes de la violencia y la guerra en los últimos meses muestra que para los talibanes la paz no es más que un espejismo, este grupo está haciendo un mal uso del proceso de paz porque no cree en un acuerdo político", afirmó el vicepresidente segundo del Ejecutivo afgano, Sarwar Danish, durante una reunión en Kabul.
El vicepresidente segundo añadió que, pese a los intentos del Gobierno afgano, los talibanes "han aumentado la violencia y huido de la mesa de negociaciones" y agregó que su objetivo se basa en una "toma monopolizada del poder" que no contempla "un acuerdo pacífico y un reparto justo del poder político".
En este sentido, Danish señaló que los talibanes ni siquiera mantuvieron su compromiso con el acuerdo de paz que alcanzaron con Estados Unidos, que se firmó en febrero de 2020 en Doha.
Los talibanes se comprometieron con Washington a reducir la violencia en el país, anunciar un alto el fuego, entablar negociaciones significativas y cortar los lazos con grupos terroristas.
Sin embargo, lamentó Danish, "ninguno de estos compromisos se cumplió".
Por su parte, el portavoz de los talibanes en Doha, Naeem Wardak, rechazó las declaraciones del Gobierno afgano y aseguró que están comprometidos con el avance de las conversaciones de paz.
"El Emirato Islámico (como se autodenominan los insurgentes) desde el principio hasta ahora creyó que los problemas deben resolverse mediante conversaciones", precisó el portavoz.
Wardak añadió que, pese a las diferencias entre ambas fuerzas, "todavía no estamos desesperados y queremos que ellos (el Gobierno afgano) sean responsables (...), el problema está en ellos, aunque hacen propaganda contra nosotros".
Las conversaciones intraafganas comenzaron en septiembre del año pasado, pero se estancaron debido a la desconfianza entre ambas partes.
Las acusaciones cruzadas entre ambas partes se producen mientras la violencia en el país se encuentra en su punto más álgido, sobre todo en los últimos dos meses, después de que las fuerzas estadounidenses y de la OTAN iniciasen su fase final de retirada de tropas el pasado 1 de mayo.
Desde entonces, los talibanes han capturado casi 80 de los 407 distritos de las fuerzas gubernamentales, suscitando serias preocupaciones entre los afganos con respecto a su intención por poner fin a la guerra de 20 años por la vía pacífica.