El niño permaneció siempre en el carro, sin embargo, mostró su calidad de ser humano al regalar sus juguetes a un infante desconocido.
En determinado momento el menor se acerca a una de las ventanillas traseras del carro, donde tras un par de segundos abre otro niño, saca la mano y le da un carrito de juguete que rápido usa para jugar en el pavimento.
Después el infante del auto le habla para darle otro juguete, ahora de mayor tamaño, y ¡oh sorpresa!. El pequeño trabajador hizo lo mismo. Jugo con él unos momentos.