Niños le han alegrado y llenado el corazón de felicidad, aunque otros le destrozaban el alma
FRONTERA, COAH.- Por 23 años ha demostrado que la paciencia, la perseverancia y el amor puede ser el apoyo que los niños necesitan para demostrar un excelente desarrollo esto es lo que ha demostrado Itzamara Violeta Castillo Guerrero, maestra de Educación especial.
Que en lo largo de su carrera laboral se ha encontrado con todo tipo de niños quienes en muchas ocasiones le han alegrado y llenado el corazón de felicidad aunque hubo momentos que le destrozaban el alma.
Aun así, a 23 años de docencia sigue enamorada de su trabajo a la cual entrega alma, cuerpo y corazón aseguró la maestra Violeta, como la conocen sus muchos amigos y alumnos.
YO QUERIA SER MAESTRA DE PREESCOLAR
En un inicio la maestra Violeta dice que ella quería ser maestra de preescolar, pero por la complicada situación económica que se vivía en su hogar aunado a que uno de sus cinco hermanos también iniciaba la carrera fuera de la ciudad, sus padres no pudieron brindarle el estudio en ese momento.
Al poco tiempo surgió la oportunidad en la Escuela Normal Regional de Especialización de Saltillo, iniciaría cursos de verano y fue de la manera en la que sus padres pudieron dar el estudio, aprendiendo solamente en veranos, durante 4 años tuvo que ingeniárselas para enviar tareas hasta la ciudad de Saltillo y posteriormente viajar a la capital del estado a presentarse y ver su desarrollo.
Aunque no pudo desempeñarse en la enseñanza de preescolar, la Maestra Violeta vive enamorada de su trabajo, dando todo de sí para ofrecer y brindar el apoyo y atención que los niños necesitan para que crezcan con todas sus habilidades desarrolladas, ya que se convirtió en Licenciada en Educación Especial en personas con problemas de aprendizaje.
Por 16 años ha brindado sus servicios en la escuela “Niños Héroes de Chapultepec” el motivo del cambio fue por el bienestar de ella y su hija mayor que venía en camino, desde entonces ha laborado indefinidamente y queriendo seguir hasta que como dice ella “Dios me de oportunidad”.
Ha sido una carrera difícil.
La Maestra Violeta dice que durante su vida laboral nada ha sido fácil pero lo que ha sido un reto para ella fue cuando comenzó a trabajar con niños que tienen discapacidad severa.
“Me gusta mi carrera y mi trabajo lo amo pero trabajar con niños con discapacidad ha sido muy difícil pero aun así les brinde mi apoyo y comprensión y así gocen de la Educación.”
Niños con Síndrome de Down, deficiencia intelectual, parálisis cerebral, han sido sus mayores retos demostrando que ellos como cualquier otro niño tienen la misma capacidad de aprendizaje si se les da el apoyo y atención necesaria.
Actualmente la Maestra Violeta trabaja con niños que lamentablemente necesitan apoyo de aprendizaje por tener un retraso en las clases.
LOS NIÑOS SE CONVIRTIERON EN AMIGUITOS.
A lo largo de los años la maestra asegura haber visto pasar por la escuela a infinidad de niños los cuales muchos de ellos con el paso del tiempo tomaron un lugar muy importante en su corazón, inclusive asegura tener alumnos que la reconocen en la calle agradeciéndole por su excelente labor.
“Es difícil ver como mis niños llegan sin desayunar, me he quitado el taco de la boca para que ellos tengan algo que comer” dijo la Maestra Violeta.
Todos los niños son casos diferentes y cada uno especial y siempre me da impotencia como andan despeinados, sucios o de plano faltan muchos días porque sus padres no tienen interés en ellos.
“Mi peor momento en mi trabajo fue cuando perdí a mi niño Miguelito mi niño down, amorosisimo” la maestra lo recuerda con sentimiento luego que por más de dos años fuera su alumno quien lamentablemente falleció en un accidente.
Alumnos que van y vienen que cada uno ha marcado la vida de la Maestra Violeta dejándole también a ella una enseñanza de vida que asegura atesorará por siempre.