En ocasión del Día Internacional de la Partera, defensores de la partería profesional destacan el papel fundamental de las matronas en la asistencia del embarazo, parto y puerperio durante la emergencia sanitaria por el Covid-19, ya que ha existido una severa discontinuidad en los servicios de atención sexual y reproductiva, por lo que exhortaron a las autoridades sanitarias a integrarlas dentro de los programas y el personal sanitario, pues su labor ha garantizado la salud materna y la reducción de accidentes obstétricos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró la conmemoración de esta fecha el 5 de mayo de 1991. Desde hace 30 años una serie de organizaciones internacionales ha luchado en destacar la función de las matronas, como también se les da a conocer a las parteras, en favor de la salud de las madres, recién nacidos y sus familias.
En esta ocasión, un grupo de especialistas reconocieron en el conversatorio "Partería Profesional en México: Reflexiones al futuro" la labor de las matronas, que se han hecho presentes en los partos domiciliarios durante la pandemia por la Covid-19.
David Meléndez, secretario técnico del Comité Promotor por una Maternidad Segura en México, apuntó que durante la pandemia, a través de un ejercicio "silencioso y discreto pero muy poderoso", las parteras demostraron un aporte, sin precedentes, en la atención integral de las mujeres embarazadas.
De acuerdo con el experto, en la actualidad existen más de 26 mil parteras tradicionales mexicanas que repartidas en los sectores rurales, indígenas y en condiciones de marginación formaron parte de la activación de servicios obstétricos fuera de las clínicas y hospitales.
"Durante los momentos más cruentos de la pandemia, (fueron) el único rostro visible de la atención", señaló. El consultor expresó que, basado en un artículo de "The Lancet", esta emergencia sanitaria produjo cambios de comportamiento en las mujeres embarazadas respecto a la atención hospitalaria. Las mujeres embarazadas optaron por alejarse de los servicios obstétricos, pese a que los procesos de reproducción humana son unos de los más demandados dentro de los sistemas de salud.
Alma Virginia Camacho-Hübner, asesora regional de salud sexual y reproductiva para América Latina y el Caribe, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), señaló que si bien hay algunos países que han mantenido abiertos los servicios de atención primaria, hay otras regiones que redujeron en un 40 por ciento los controles prenatales, comparados con el 2020. La ginecóloga-obstetra también expuso que el acceso a los servicios de anticoncepción disminuyó entre el 30 al 80 por ciento.
En el caso de la atención, consejería y planificación familiar mermaron entre el 35 al 90 por ciento, durante los momentos más álgidos de la pandemia. Estas cifras -ahondó la médica cirujana- se conjugan con el rechazo de las mujeres embarazadas a la búsqueda de estos mismos servicios, pues la UNFPA ha registrado un aumento en la demanda del parto domiciliario en algunos países y territorios, "sobre todo en las áreas rurales con menos acceso".
"La disrupción sí ha sido muy importante y se refleja en el gran impacto que está teniendo la mortalidad materna en nuestra región", compartió con sus coetáneos. Sandra Oyarzo, vicepresidenta de la Confederación Internacional de Matronas (ICM, por sus siglas en inglés), y partera con 27 años de experiencia, reconoció que muchas de las matronas han sido víctimas de la Covid-19, pues han perecido en el camino perdiendo la vida, al exponerse al contacto constante con personas.
En este contexto, la especialista exhortó a las autoridades sanitarias y a los encargados de las políticas públicas a reconocer la importancia de fomentar un movimiento en pro de la partería profesional y ampliar su participación en los sistemas de salud. De ser así -ahondó la académica chilena- esperan que para el 2035 se podrían salvar entre 3 millones a 4 millones de vidas. Otras de las metas es que el 20 por ciento de nacimientos sean atenidos por parteras profesionales.
Para lograr esta meta se necesitarían 2 mil 200 estudiantes que forjen sus conocimientos, mediante la licenciatura en Salud Reproductiva y Partería.
En nuestro país, la Universidad Tecnológica de Tulancingo, en Hidalgo, es uno de los centros académicos precursores de esta carrera. Lucía Illescas, vicepresidenta de la Asociación de Parteras Profesionales (APP), promovió los beneficios de la intervención de las parteras, pues esta práctica contribuye a garantizar un buen estado de salud de la mujer, previene enfermedades obstétricas y disminuye la posibilidad de muerte, tanto a corto como a largo plazo.
La especialista en enfermería perinatal detalló que en 2019 fallecieron tres mujeres al día por causas relacionadas al parto, lo que equivale a 12 mil muertes maternas anuales.
Camacho-Hübner manifestó que para conseguir servicios seguros, mediante la partería profesional, deben ofrecerse condiciones de trabajo adecuadas para las parteras, así como remuneraciones justas por su labor. Para la experta es fundamental que se garanticen entornos de trabajos propicios y equipados con instalaciones que funcionen: "Tenemos que asegurar la calidad de atención, una atención respetosa y centrada en las mujeres".