La afición vuelve a paralizar el fútbol inglés

Espero que la rabia de hoy se traduzca mañana en movilizaciones para reformar la regulación

Londres,- Una vez más el aficionado inglés alzó la voz y una vez más paralizó el fútbol. El proyecto de la Superliga europea ha dejado secuelas en los aficionados ingleses y estos dieron un paso más al invadir Old Trafford, bloquear el autobús del equipo y lograr el aplazamiento del Clásico de Inglaterra entre Manchester United y Liverpool.

A poco más de dos horas para el comienzo del partido, unos 200 aficionados rompieron las barreras de seguridad en Old Trafford y lograron colarse por el túnel de Múnich, que rememora a las víctimas del accidente de avión, en el estadio. Invadieron el campo, lanzaron bengalas contra la grada y mostraron pancartas en contra de los Glazer, la familia que ha dirigido el United en las últimas dos décadas.

El descontento tras la fundación de la Superliga europea sigue presente. Las disculpas de Joel Glazer, el cabecilla de la familia, y la dimisión de Ed Woodward, vicepresidente del equipo, no han servido para calmar los ánimos.

Dos semanas después de la noticia que trastocó el fútbol, los aficionados del United, que ya se colaron hace unos días en el entrenamiento del equipo, quisieron mandar un nuevo mensaje.

Esta vez el objetivo era atacar lo que más aprecian los Glazer, el dinero. Lograr un retraso del partido unas horas o que se tuviera que aplazar a otro día para que el club perdiera ingresos televisivos.

"Las protestas han ido mejor de lo esperado", dijo Ryan, presente en la invasión a Sky Sports. "Queríamos causar problemas y creo que lo hemos conseguido. He pasado toda mi vida amando este club y ver para lo que lo han utilizado los Glazer me decepciona mucho. ¿Estoy de acuerdo con causar estos daños? Por supuesto que no, pero, ¿qué esperaba el United? Se lo llevamos advirtiendo años", añadió.

Además de la invasión de Old Trafford, la cual desarmó rápidamente la policía, los aficionados se reunieron en los alrededores del estadio y causaron una pequeña revuelta con la policía, lanzándoles botellas y derribando las barreras de seguridad. Las fuerzas de seguridad consiguieron despejar la situación, pero los aficionados al mismo tiempo estaban concentrándose en el hotel en el que descansan el día de partido los futbolistas del United.

Unas 700 personas acudieron al Lowry Hotel de Mánchester para impedir la salida del autobús. El negro bus del United tuvo que quedarse en la puerta, escoltado por la policía, incapaz de transportar a los jugadores las 3 millas que separan el hotel de Old Trafford. Los futbolistas no pudieron ni subirse a él, tuvieron que aguardar durante horas a que amainara la situación para conocer, tras cinco horas de espera, que el parido no se jugaría este domingo.

"Ha sido un gran mensaje hacia el mundo del fútbol", reconoció Roy Keane en Sky Sports. Gary Neville, uno de los más críticos con la Superliga europea, fue mucho más allá en sus declaraciones.

"Espero que la rabia de hoy se traduzca mañana en movilizaciones para reformar la regulación y la estructura del fútbol inglés. A lo mejor soy un poco osado, pero el United y el Liverpool deberían actuar como los padrinos del fútbol inglés, demostrando compasión y repartiendo la riqueza entre el resto de la familia. En lugar de eso han demostrado avaricia intentando llevarse ellos todo el dinero. Una disculpa no es suficiente", dijo el exjugador del United.

Los aficionados celebraron el aplazamiento del partido. "Jugaréis cuando nosotros queramos", cantaron al enterarse de la noticia. Una lección más del fútbol inglés. Una llamada de atención que puede tener su réplica este miércoles cuando el Real Madrid visite Stamford Bridge, otro de los estadios que ha sufrido protestas en las últimas semanas debido a la Superliga.

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