A falta de cuatro jornadas para el final, la liga francesa se presenta con tres equipos separados por solo dos puntos, el Lille en cabeza, amenazando la hegemonía del París Saint-Germain, mientras que el Mónaco se encuentra en emboscada por si alguno de los dos de cabeza se descuelga.
En vísperas de su histórica semifinal de la Liga de Campeones contra el Manchester City, los del argentino Mauricio Pochettino afrontan el tramo definitivo de la temporada sin tener, como en el pasado, asegurada su retaguardia nacional, que ha ganado con soltura los tres últimos años.
Cuando la constelación de estrellas reunida gracias al capital catarí parece haber dado un paso al frente en Europa, las cosas se le han complicado en su propio país, donde tendrán que remar para renovar el título.
La principal amenaza viene del Lille, una formación irregular que parece haber encontrado la receta para afrontar a los grandes, contra quienes se ha mostrado superior.
Como si de un David de los tiempos modernos se tratara, el conjunto del norte de Francia ha ganado a sus principales rivales por el título al menos en un partido, aunque luego ha tenido más problemas para confirmar esa tendencia frente a equipos menores.
Fuerte contra los fuertes aunque no siempre frente a los débiles, el Lille afronta los cuatro últimos duelos de su año con un punto de renta frente al PSG y tras haber protagonizado este domingo una épica remontada contra el Lyon, que a causa de eso se descolgó algo de la carrera por el liderato, del que ahora le separan seis puntos.
Los lioneses llegaron a dominar 2-0 en su estadio, pero el Lille sacó fuerzas de flaqueza y, gracias a una soberbia actuación del veterano turco Burak Yilmaz, lograron mantener el liderato.
Por delante les quedan cuatro finales a priori asequibles, frente al Niza, el Lens, el Saint-Étienne y el Angers, para sumar 12 puntos que les otorgarían el cuarto título de campeones de Francia, el primero desde 2011.
Fue el último campeonato que se disputó antes de la llegada de los cataríes al PSG. Desde entonces, solo dos campeonatos se han escapado a su hegemonía, que parece inquebrantable a la vista de las diferencias financieras con el resto de los clubes.
LA CABEZA EN EUROPA
Los Neymar, Mbappé y compañía reinaban tanto en su país que parecía que solo lo que sucedía en Europa les importaba, una tendencia que esta temporada puede tornar.
La receta del técnico Christophe Galtier parece haber surtido efecto en el Lille. Tras ocho temporadas en el Saint-Étienne, ha encontrado en el convulso Lille un lugar donde sus métodos están dando resultados.
"Ahora el título es un objetivo. Quedan cuatro jornadas y somos líderes, vamos a tener que pelear cada victoria y aguantar hasta el final (...) Si lo logramos, será una gran gesta", indicó el entrenador, que ocultaba mal su euforia tras el triunfo en Lyon.
Los norteños sienten en su espalda el aliento del PSG, que encadena cuatro triunfos consecutivos tras haber perdido dos partidos un mes antes, uno de ellos precisamente frente al Lille.
Los de Pochettino tienen por delante los duelos contra el Lens, el Rennes, el Reims y el Brest, aunque su destino depende también de un error del Lille y su cabeza está ahora en Europa.
Dada la calidad de su efectivo, siguen siendo los grandes favoritos, pero todo dependerá de su capacidad de afrontar un final de temporada sobrecargado, con la tensión mental que ello conlleva y la hipótesis de no levantar ninguno de los dos títulos grandes a los que optan.
ENTRE EL TRIPLETE Y LA NADA
El PSG navega entre el triplete -también están en semifinales de la Copa de Francia- y un año en blanco histórico desde la llegada de los cataríes.
Por si fuera poco, un punto por detrás de ellos está un Mónaco recuperado gracias al entrenador croata Niko Kovac, que ha despertado en el club del Principado el sueño de volver a ganar la liga, tras la de 2017 con el luso Leonardo Jardim en el banquillo.
Con un desatado Wissam Ben Yedder, autor de 19 dianas, el equipo afronta un calendario similar: Lyon, Reims, Rennes y Lens.
El duelo contra el Lyon complica su trayectoria y puede acabar definitivamente con las opciones de podio de los lioneses.