A propios y extraños les sorprendió la visita exprés del magnate del acero Alonso Ancira Elizondo a esta región, nadie esperaba que aterrizará su jett privado en el aeropuerto de Frontera para tener una reunión con los altos directivos de Altos Hornos de México.
Aunque su estadía fue por media hora, nadie se ha atrevido a decir en concreto cuales fueron las palabras del aún presidente del consejo de Altos Hornos de México, aunque más de uno señala que el tema principal de que se abordó, fue la venta de la empresa a un Julio Villarreal de Villacero.
Se avecinan cambios importantes e históricos dentro de la acerera local, se termina la era de los Ancira, (que nadie pronosticó) y al resto ni siquiera les pasó por la cabeza la debacle de una empresa que parecía considerablemente solida e invencible, pero el proceso legal de Ancira Elizondo, sólo fue la gota derramó el vaso en una empresa que desde hace muchos años venía arrastrando problemas económicos.
La caída de una empresa es el reflejo de las malas decisiones de su consejo de administración y directivos.
Eso lo sabe perfectamente Julio Villarreal y los comentarios no se han hecho esperar al interior de Altos Hornos, donde hoy se rumora que al momento de tomar el control Villacero, lo primero que desecharía, es el personal obsoleto que desde hace mucho le ha hecho mucho mal a Altos Hornos, esos que como “buitres” no se cansaron de picotear la empresa hasta dejarla en esqueleto.
Es lo mejor que le puede pasar a un AHMSA, echar a volar a todos esos “buitres” que sólo le han hecho mal a la acerera local y que para colmo nunca se fueron de la empresa, continuaron a pesar de que rebasaron por mucho los sesenta años de edad y decidieron continuar para seguir ejerciendo esas malas prácticas que le dieron continuidad al acabose de Altos Hornos.
Si alguien le sabe al negocio del acero, ese es Julio Villarreal, quien sabe perfectamente que la siderúrgica local tiene que ser reinventada para comenzar a tomar forma y resurgir como ese ave fénix que todos esperan para que no sólo a sus trabajadores les vaya mejor, sino para que mejore todo el flujo económico de una Región Centro que mientras no tenga diversificación de empresas, seguirá dependiendo del negocio del acero y de la estabilidad de Altos Hornos.
La misma inquietud existe en la parte obrera, cada día que pasa se convencen más en que el Sindicato Minero Nacional será el titular del Contrato Colectivo de Trabajo y es algo que han estado asimilando desde que se dio a conocer la adquisición de las acciones mayoritarias que estará adquiriendo Julio Villareal.
Para reinventar una empresa de esta magnitud, se tienen que dejar a tras los fantasmas del pasado, eliminar de tajo esos monstruos que crecieron desmedidamente e iniciar una nueva era en la que un sindicato llamado Democrático no está invitado.
La nueva era de AHMSA está lista para comenzar y resurgir de entre las cenizas, una era de recuperación, de reconciliaciones, de hermandad y una era en la que invita a todos a poner lo mejor de sí mismos con la intensión de alcanzar sus mejores números de producción, una era que suena muy prometedora y que a corto plazo comenzará a escribir su propia historia.
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