Saliendo de etiqueta
El pasado lunes iniciamos la semana con la noticia de que Alonso Ancira salió de prisión tras un acuerdo con PEMEX en el que se comprometió a cubrir los daños monetarios causados por la compra a sobreprecio de la empresa Agro Nitrogenados, propiedad de Altos Hornos de México S.A. (AHMSA).
Recordemos brevemente que esta compra-venta se realizó durante el sexenio de Enrique Peña Nieto a través del entonces director (actualmente tras las rejas) de Petróleos Mexicanos Emilio Lozoya; transacción que a leguas denotaba un tráfico de influencias tremendo y un beneficio personal sin lugar a dudas.
Pues bien, tras dos meses en prisión luego de ser extraditado de España y más de 216 millones de dólares comprometidos a pagar a PEMEX, Alonso Ancira salió de prisión con traje de etiqueta y puro en mano, cual artista famoso llegando al mayor concierto del mundo para ofrecer la mejor de sus presentaciones.
No cabe duda de que con dinero baila el perro y para muestra un botón. Ahora, el proceso judicial en su contra lo continuará en libertad, avalando que puede pagar la cantidad pactada con 50 de sus propiedades como garantía; nada mal para el magnate del acero.
Bien decía desde un inicio el preciso: “si pagas, nos ponemos de acuerdo” y tal parece que logró su cometido. El detalle es que, durante ese proceso, quien ha sufrido los estragos de esta pelea entre el gobierno federal y el empresario ha sido sin duda alguna la región centro del Estado, la cual depende, según cifras, hasta en un 70% económicamente hablando de la empresa acerera.
Es por lo anterior que la iniciativa privada vio con buenos ojos la liberación de Alonso, puesto que con esta determinación las negociaciones con Villacero deberían fluir a pasos agigantados y así retomar la producción de la acerera que desde hace ya más de un año no ha operado a más del 30% de su capacidad y por consiguiente devolver algo de estabilidad económica a la región.
Por su lado, el jefe del ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, celebró el acuerdo al que se llegó y ya hasta sabe en qué se va a gastar el dinero que Ancira hipotéticamente pagará: PEMEX lo invertirá en fertilizantes que hará llegar de forma gratuita a los productores del campo en Guerrero, Puebla, Tlaxcala y Morelos. ¿Qué tal? Al parecer nuestro presidente ya tenía el plan más que armado y sólo esperaba a que Don Acero diera su brazo a torcer.
Ahora sólo nos queda esperar qué hace por su parte el aún Presidente del Consejo de Altos Hornos, ya que dudo mucho que se quede de brazos cruzados ante la situación y aunque pegue segundo, seguramente pegará. Más aún a sabiendas de que prácticamente salió de prisión para poder firmar el acuerdo de compra-venta con Villacero, perdiendo así una buena parte de su fortuna.
Así, mientras son peras o manzanas, todo apunta a que, para bien o para mal de algunos, el beneficio lo tendrán los sectores empresarial y obrero de Monclova y la región. Esperemos que esta vez sí lleguemos a esa pequeña luz que se vislumbra al final del túnel para intentar comenzar nuevamente y, de ser así, ya que AMLO y Ancira sigan su pleito como les venga en gana.
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