Expresa Margarita Méndez, de 72 años, al recibir la segunda dosis de la vacuna Pfizer contra el Covid-19. También agradece a Dios y al gobierno.
"La vacuna nos ha de ayudar para que nos quedemos otro poquito" Expresa Margarita Méndez, de 72 años, al recibir la segunda dosis de la vacuna Pfizer contra el Covid-19. También agradece a Dios y al gobierno.
Acompañada de su hija, Araceli Sernas Méndez, en esta ocasión no tuvo que esperar más de 12 horas para vacunarse, como ocurrió en la aplicación de la primera dosis, cuando, recuerda, prácticamente le dio la vuelta a todo el gimnasio de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) en una fila que estaba muy larga.
En la capital del estado las autoridades federales estimaron que cerca de 40 mil personas de 60 años y más recibieron la segunda dosis de la vacuna. Simultáneamente, la jornada se realizó en otros municipios conurbados a la capital.
Mientras, los contagios no ceden y apuntan nuevamente al esperado repunte por las vacaciones de Semana Santa, en las que turistas nacionales y extranjeros decidieron salir nuevamente a la calle, pese a las recomendaciones sanitarias.
Al corte de ese jueves, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) reportan 103 casos nuevos por Covid-19, que suman 45 mil 86 acumulados, mientras que las muertes ascendieron a 3 mil 356 decesos.
Los 103 casos nuevos fueron detectados en 33 municipios, siendo Oaxaca de Juárez el de mayor número con 24, Santa María Atzompa con cinco y Santa Cruz Xoxocotlán y Salina Cruz con siete cada uno.
Adicionalmente, se mencionó que hay 432 casos activos, es decir con potencial de contagio, luego de alcanzarse 454 el miércoles, lo que indica un aumento de casi 100 cosas respecto al lunes, el primer día que Oaxaca transitó al verde en el semáforo epidemiológico.
Margarita Méndez nació en Santiago Matatlán, un municipio de los Valles Centrales reconocido por su tradición mezcalera, de donde eran originarios sus padres. Pero desde muy pequeña, junto con sus cinco hermanos, migraron a la ciudad de Oaxaca en búsqueda de trabajo; desde entonces, viven en la capital del estado.
Para subsistir se dedicó a la elaboración de tortillas de maíz y posteriormente se casó, pero el matrimonio no duró. A los 30 años Margarita se quedó sola con sus seis hijos, a quienes logró mantener con su trabajo de elaboración de tortillas.
Con su esfuerzo logró darle estudios a sus hijos: dos de sus hijas son secretarias y dos de sus hijos son contadores; también se encargó de tres nietos tras la muerte de una de sus hijas.
"Creo que es una cosa bien para prevenir la enfermedad, por eso el gobierno nos está ayudando con la medicina. Primeramente Dios que no nos pase nada. Estoy contenta con la vacuna. Primero Dios, nos ha de ayudar para que nos quedemos otro poquito", dice Margarita, quien no se cansa de agradecer por la llegada de las dosis.
"Ojalá que valga la pena el esfuerzo que está haciendo porque esto también, cuánto le costó", agrega.
Aunque su familia no le permitía salir de casa para protegerla de un posible contagio, Margarita afirma que no dejó de trabajar en sus tortillas. "Trabajo y no podía estar confinada porque no vendía", confía la mujer, quien lamenta que la pandemia también afectó su negocio, "se descontroló mucho la venta".
La alegría con la que Maragarita agradece haber podido tener acceso a la vacuna se debe a que el Covid-19 también llegó a su familia y la golpeó con fuerza. Uno de sus hijos y su nuera se contagiaron y estuvieron graves, a punto de ser entubados.
"Gracias a unos medicamentos bastante caros, pudieron superar la enfermedad", cuenta la mujer tras dejar la fila. "Mi hijo y mi nuera [se contagiaron de Covid], pero gracias a Dios salieron adelante, sí sanaron.
"Se pusieron graves, mi hijo se puso graves, pero gracias a Dios salió adelante".
Araceli Sernas, la hija de Margarita Méndez, agrega que también el esposo de su prima hermana murió por Covid-19. "Lo internaron en el hospital para operarlo y ahí se contagió, se complicó y murió. Tampoco pudimos ir al funeral", detalla.
Margarita Méndez es diabética y, según su hija, no le gusta cuidarse ni seguir una dieta; únicamente toma los medicamentos que le recetan en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Es por eso que está contenta por la aplicación de la segunda dosis de la vacuna Pfizer para su madre. "Para que la ayude, ella es diabética y luego no le gusta cuidarse, sólo con el medicamento que le dan en el IMSS, pero no cuida la dieta... esta vez que la vacunaron no tuvo ninguna complicación".