Al lado de su esposa
A la edad de 45 años arribó Gilberto Ramos y desde muy temprano empezaron las gratas muestras de afecto y de cariño para el cumpleañero.
Por la tarde, su familia le organizó un ameno festejo en una conocida quinta de la ciudad, donde estuvieron sus seres queridos disfrutando de la música en vivo que le llevaron para amenizar la celebración.
A parte de que le llevaron bellos obsequios, a la cuenta de tres le cantaron las tradicionales Mañanitas y pidió un deseo antes de apagar su velita.