Estamos poniendo la seguridad ante todo, como lo hemos hecho durante la pandemia, y el gobierno se guiará por los consejos médicos
Sídney (Australia).- El gobierno de Australia dijo este jueves que revisa con carácter urgente los informes de la Unión Europea y el Reino Unido sobre los potenciales vínculos de la vacuna AstraZeneca y el desarrollo de tromboembolismo en una pequeña parte de la población inoculada, aunque seguirá administrándola.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmó la víspera un "posible vínculo" del fármaco de AstraZeneca con casos inusuales de trombos, aunque mantuvo su opinión positiva sobre los beneficios de esta vacuna, mientras que el Reino Unido recomendó ofrecer otras alternativas a los menores de 30 años por su potencial impacto en adultos jóvenes.
El director médico del gobierno australiano, Paul Kelly, explicó ese jueves que los representantes del Grupo Australiano de Asesoría Técnica en Inmunizaciones y la Administración de Bienes Terapéuticos habían tratado el asunto desde el miércoles con miras a emitir sus recomendaciones al Gabinete Nacional, que se reunirá el viernes.
"Estamos poniendo la seguridad ante todo, como lo hemos hecho durante la pandemia, y el gobierno se guiará por los consejos médicos".
AUSTRALIA SEGUIRÁ ADMINISTRANDO LA VACUNA
A diferencia de países como España o Italia, que han limitado o paralizado de forma unilateral la administración de las dosis de AstraZeneca a ciertos sectores de la población, Australia seguirá administrando la vacuna a menos que el consejo médico diga lo contrario.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, insistió en declaraciones a los medios que los efectos adversos son "eventos extremadamente raros y que, como con cualquier tratamiento, tenemos que considerar el riesgo y el beneficio".
Australia, que acumula unos 29.400 casos de covid-19, entre ellos 909 fallecidos, comenzó el 21 de febrero su campaña de vacunación, que ha sido criticada por la lentitud de su despliegue.
El país oceánico atribuye el retraso al bloqueo del envío de 3,1 millones de dosis de AstraZeneca por parte de la Unión Europea, que a su vez niega haber tomado esa medida.