Hoy podemos encontrar aplicaciones móviles para casi todo. Pedir comida, entretenernos, trabajar, aprender, comprar, en fin, las posibilidades son enormes.
Considerando que el celular es un dispositivo que llevamos a todos lados con nosotros y que las apps pueden ser una herramienta simple e inmediata de llegar a la población, en Australia se está planteando la idea de que exista una herramienta digital a través de la cual las personas registren su consentimiento sexual. Es decir, cuando una pareja quiera tener relaciones sexuales, ambos tendrán que entrar en la app y dar su aprobación para que quede constancia de que ninguno está siendo agredido. Es decir que esta herramienta tiene las mejores intenciones pero no deja de llamar la atención.
La propuesta de crear esta app fue de Mick Fuller, un oficial de alto rango de la policía de Australia quien sugirió que sería una buena idea desarrollar una aplicación para teléfonos inteligentes a través de la cual las personas puedan documentar su consentimiento sexual, como una medida para incrementar la posibilidad de condena en procesos por delitos sexuales. La razón por la cual el comisionado de la policía del estado de Nueva Gales del Sur consideró que esta podría ser una buena solución es que si actualmente existen apps de citas que han unido a miles parejas, la misma tecnología también podría brindar claridad sobre la cuestión del consentimiento sexual.
"La tecnología no soluciona todo, pero juega un papel muy importante en cómo se encuentran las personas actualmente. Solo es una sugerencia. Queda por verse si es parte de la solución'', dijo Fuller a medios de su país. También hizo notar que la cantidad de agresiones sexuales reportadas en el estado más poblado de Australia iba en aumento, mientras que la tasa de éxito al emitir una sentencia es de solo el 2%, por lo que consideraba que esta podría ser una opción para atacar el problema.
Cabe señalar que su propuesta no es única. Una aplicación similar a la propuesta por Fuller se lanzó en Dinamarca este 2021. Pero no ha sido ampliamente adoptada y cuenta con menos de 5 mil descargas, según el sitio de inteligencia móvil Sensor Tower.
¿Cómo funcionaría? La intención es que las personas, especialmente las mujeres que suelen ser las más vulnerables cuando se trata de delitos sexuales puedan ingresar a la app y dejar constancia de que no se les está obligando a nada. "El consentimiento sexual no puede estar implícito. El consentimiento debe ser activo y continuo durante todo el encuentro sexual", escribió Fuller en periódicos de Australia. Básicamente se plantea como una especie de Tinder en donde el usuario puede deslizar el dedo hacia la izquierda y hacia la derecha y también encontrar una opción más para señalar si desea tener intimidad. "Espero que la tecnología, ya sea una aplicación, ya sea otra cosa, evite que los asuntos pasen al sistema judicial porque hay claridad de que esto es solo una cena y esto es solo una cita".
Sin embargo, la sugerencia del oficial fue recibida con escepticismo. La gobernante estatal Gladys Berejiklian felicitó a Fuller por "asumir una posición de liderazgo" al abordar el problema de la agresión sexual, pero se negó a compartir su opinión sobre la aplicación. Y agregó que no es un tema que pueda resolverse pronto: "No me voy a ver obligada a decir las cosas de una forma u otra. Lo que haré es asegurarme, si se toma en serio el cambio, de hacerlo correctamente y estoy comprometida con el proceso".
Además, hubo quienes vieron esta propuesta como un intento por minimizar un problema grave. Como ejemplo Catharine Lumby, especialista en ética y responsabilidad de la Universidad de Sydney, describió la aplicación como una solución rápida que malinterpreta las circunstancias de las agresiones sexuales.}
"Básicamente, lo que ahora estamos teniendo en cuenta es el hecho de que hay una minoría muy pequeña de hombres en esta sociedad que son oportunistas, que toman la decisión de agredir sexualmente a las mujeres", dijo Lumby. También alertó sobre la posibilidad de manipular la tecnología para hacer pasar agresiones como consentidas.