El presidente del estatal Banco do Brasil, André Brandao, presentó este jueves su renuncia al cargo, según informó en un comunicado al mercado la mayor institución financiera del país.
La renuncia de Brandao, quien asumió la entidad en agosto de 2020, será efectiva a partir del 1 de abril, siempre y cuando la misma sea aceptada por el presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
La entidad, controlada por el Estado brasileño pero con acciones cotizadas en la Bolsa de Sao Paulo, implementó este año un plan de renuncias voluntarias que afecta a más de 5.000 trabajadores de la plantilla.
Los planes de renuncia voluntaria se enmarcan en un amplio programa de reestructuración con el que el Banco do Brasil pretende cerrar 361 unidades, incluyendo 112 agencias bancarias.
Según versiones de prensa, dicho anuncio desagradó a Bolsonaro, que se encontraba en negociaciones con el Congreso, y propició la renuncia de Brandao, que tan solo estuvo medio año al frente del cargo de la entidad estatal.
El banco público obtuvo en 2020 un beneficio neto de 12.697 millones de reales (unos 2.283 millones de dólares), un valor un 30,1 % inferior al del año precedente.
Recientemente el mandatario brasileño también mantuvo un fuerte desencuentro con el presidente de la estatal petrolera Petrobras, Roberto Castello Branco, cuya destitución fue solicitada por el jefe de Estado el pasado febrero en medio de la fuerte alza del precio del crudo en el país.
El líder ultraderechista le pidió a los accionistas de la empresa que destituyan a Castello Branco y que lo sustituyan por el general de la reserva del Ejército Joaquim Silva e Luna.
Dicho movimiento despertó temores entre los accionistas de que el jefe de Estado pretende intervenir en la política de precios de la petrolera por motivos electorales y populistas debido a la fuerte presión del sector de los camioneros.