CIUDAD DE MÉXICO, marzo 17.
En Pauillac, el corazón de Médoc, Francia, habita una bodega con gran historia, Château Mouton Rothschild, fundada en 1853. Alguna vez tuvo una conexión con el arte mexicano ya que para su añada de 1978, buscaron a Rufino Tamayo para que ilustrara su etiqueta bordelesa de su Grand Cru; un blend que tiene guarda hasta el año 2035, de acuerdo a los expertos.
Cru es una categoría que significa la calidad extraordinaria de la tierra de la Borgoña, la parte más alta es de mayor calidad por las horas de sol y las condiciones climatológicas.
Para aquellos coleccionistas de arte y vino, sin duda esta etiqueta ilustrada por el maestro Tamayo llamará su atención. Estará presente en una subasta organizada por Morton Subastas a benficio de la ong Save the Children, dedicada a defender los derechos de niños y adolescentes. Las botellas de colección que se presentarán mañana, están valuadas entre ocho mil y 10 mil pesos. Además de la etiqueta realizada el pintor y muralista oaxaqueño, se tendrán ejemplares intervenidos por Jean-Paul Riopelle (1978).
Esta iniciativa de integrar el mundo del arte en la bodega, fue idea del barón Philippe de Rothschild quién empezó a solicitar a pintores y escultores intervenir las etiquetas de la bodega y así, para 1946 esta colaboración marcó un valor agregado. Entre los artistas que han estado en la historia de Château Mouton Rothschild son: Cocteau, Chagall, Braque, Picasso, Miró, Dali, Warhol y Francis Bacon.
Todas estas botellas forman parte de cavas de coleccionistas que van tras la caza de rarezas enológicas. Cabe decir que la primera etiqueta en donde se tuvo una intervención fue para celebrar el regreso de la paz a Francia al terminar la Segunda Guerra Mundial. El encargado de cumplir con esta petición del Barón Phillipe fue Philippe Jullian, con la "V" de victoria, un signo que adoptó Winston Churchill durante el conflicto bélico.
La importancia de la bodega
La historia de esta bodega ubicada en la prestigiosa tierra de Burdeos al tener vinos de excelente calidad, empieza su historia cuando Nathaniel de Rothschild, compra el viñedo en 1853, un terrulo que ya desde 1252 tenía vides y producción de caldos. Una de sus innovaciones fue embotellar el vino, algo que en el siglo XX no se hacía, esto fue una acción de Philippe de Rothschild en 1922.
"Invertir en vino de este tipo es una gran oportunidad, son escasos, y al estar relacionados al mundo del arte se valúan cada vez mejor. No es que te lo vayas a tomar, porque si lo descorchas pierde valor. Al paso de los años, lo que adquiere más importancia es la botella como objeto. Puede suceder que ya no sea bebible, pero por el solo hecho de tener la botella tiene cada vez un costo mayor", explicó Ángel Rivas, sommelier y consultor enológico. Los interesados deberán registrarse en www.mortonsubastas.com, podrán participar en línea, a través de ofertas telefónicas u ofertas fijas en ausencia.