La red cósmica es, según los modelos cosmológicos, una estructura filamentosa de hidrógeno donde se forman las galaxias, pero hasta ahora no se había podido ver de forma directa. Una observación que apunta a la existencia de multitud de galaxias enanas desconocidas.
Un estudio que publica Astronomy & Astrophysics detalla la localización de la débil luz emitida por el gas que compone los filamentos, en el universo primitivo, entre 1.000 y 2.000 millones de años después del Big Bang, un periodo clave para entender cómo se formaron las galaxia.
Un equipo internacional dedicó más de 140 horas de trabajo con el telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, y el instrumento MUSE, más un año para interpretar los datos.
La estructura filamentosa de gas de hidrógeno en la que se forman las galaxias, conocida como red cósmica, es una de las principales predicciones del modelo del Big Bang y de la formación de galaxias.
Hasta ahora, todo lo que se sabía sobre la red se limitaba a unas pocas regiones específicas, sobre todo en la dirección de los cuásares, cuya potente radiación actúa como los faros de un coche, revelando las nubes de gas a lo largo de la línea de visión, explica el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia, que participó en los trabajos.
Sin embargo, esas regiones son poco representativas de toda la red de filamentos en la que nacen la mayoría de las galaxias, incluida la nuestra.
Ahora, los científicos han logrado ver la luz emitida por el gas que compone los filamentos, para lo que observaron una única región del cielo con el telescopio de largo alcance (VLT) y el explorador espectroscópico multiunidad (MUSE), que juntos forman uno de los sistemas más potentes del mundo.
La región seleccionada para las observaciones forma parte del Campo Ultraprofundo del Hubble, que era, hasta ahora, la imagen más profunda del cosmos jamás obtenida.
Sin embargo, el telescopio espacial Hubble ha sido superado, ya que el 40 % de las galaxias descubiertas por MUSE no tienen su contrapartida en las imágenes del Hubble.
El equipo descubrió, también, a través de simulaciones, que la luz del gas procedía de una población hasta ahora invisible de miles de millones de galaxias enanas que engendraban una gran cantidad de estrellas.
Aunque estas galaxias son demasiado débiles para ser detectadas individualmente con los instrumentos actuales, su existencia -según CNRS- tendrá importantes consecuencias para los modelos de formación de galaxias, con implicaciones que los científicos apenas están empezando a explorar.