El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) mejoró su pronóstico para la economía nacional de 3.8% a 4% para el 2021, ante el empuje externo y sujeto a los avances en la contención del contagio de Covid-19 y el proceso de vacunación.
"No estamos revisando el pronóstico del PIB por circunstancias domésticas, seguimos viendo a la economía mexicana muy débil y frágil sujeta a diversos riesgos", señaló el presidente del Instituto, Ángel García-Lascurain Valero.
En un escenario central, estimó es que la actividad económica regresará a los niveles pre pandemia hasta marzo del 2024, es decir en los 15 trimestres próximos, tras un periodo perdido.
"Nos parece que el principal motor continúa siendo externo, por aquellos sectores vinculados a la exportación y con los apoyos en Estados Unidos, y su avance en la vacunación; las palancas más fuertes vienen por el lado de la demanda externa. No vemos condiciones en México para un crecimiento más allá del 4%", estableció.
En conferencia de prensa virtual, justificó que la estimación del 4%, es un pronóstico conservador y consensuado, pero hay un rango con una tendencia con diferentes escenarios.
"No vemos condiciones en México para fomentar un crecimiento mayor por el lado de la inversión ni del consumo a menos que haya un aceleramiento importante en la implementación de la campaña de vacunación, pero hoy no vemos los elementos para eso", sentenció.
Destacó que la revisión marginal que hicieron, es por lo que está ocurriendo fuera de nuestro país, en especial en Estados Unidos por la magnitud del apoyo a las familias y empresas que tendrá un impacto importante que tenderá al crecimiento de nuestras exportaciones y remesas.
El vicepresidente del comité nacional de Estudios Económicos, Mario Correa Martínez, estimó que nos tomará muchos años retomar el mismo nivel de producción que teníamos antes de la pandemia por los "años perdidos".
"La pérdida que tuvimos de ingresos a raíz de la pandemia del 2020, nos va a llevar varios años recuperarla; son años perdidos que podrían incluso ser en menor tiempo si se adoptaran las medidas de política económica, pero no es lo que estamos viendo", lamentó.
Ambos coincidieron en que las reformas deben tener alto impacto en el empleo, permitir la recuperación del consumo, la inversión y poder adquisitivo más allá si son atractivas "sexys o feas".
Para que la economía y los mercados funcionen mejor, sobre cambios positivos y a lo que se le llama reforma "sexy", cumplirían con esas condiciones que permitan esa mayor cooperación que es lo que le falta al país frente a otros, condicionaron.
"En el caso de la reforma energética, era una reforma sexy que generaba mucha atención, mucho optimismo entre el público inversionista porque iba a permitir realizar mejor las funciones del mercado energético, lo que es positivo para la producción al necesitar energía barata y abundante, y la reforma a la ley de la industria eléctrica va en sentido contrario", dijo Correa.