Cada uno de los roles familiares tuvieron que adaptarse a una nueva modalidad para sobrevivir
REGIÓN CENTRO, COAH. –Hace un año lo que parecía ser sólo ficción, se volvió una dura realidad; un virus letal que tuvo sus orígenes en el continente asiático, en la ciudad de Wuhan, China a una distancia de más de 12 mil kilómetros de esta región de Coahuila, llegó para devastar a la población.
Enfermedad, muerte y una fuerte crisis económica trajo el Coronavirus, sin imaginarlo era el inicio de una pandemia. El 2020 quedará marcado en la historia como un año en que los habitantes del país, el Estado y de manera particular de los municipios de la Región Centro “Cambiamos para Sobrevivir”.
A lo largo de 12 meses de la contingencia sanitaria, desde los más pequeños hasta los adultos en plenitud, han tenido que adaptarse a grandes cambios en su vida habitual con el único propósito de ganarle la batalla al virus denominado por la ciencia como el Covid-19.
Para nadie ha sido fácil acostumbrarse a ese cambio radical, pues de un día para otro lo habitual se volvió una restricción total; los abrazos se cambiaron por la sana distancia, se prohibieron las reuniones con amigos y familia, las actividades deportivas, los niños y jóvenes tuvieron que abandonar las escuelas, los lugares de diversión se apagaron… la vida dio un giro total.
Desde la etapa de su vida, los ciudadanos compartieron la experiencia de cómo enfrentan la pandemia; desde el padre de familia que dejó de percibir los ingresos que antes le permitían llevar un mejor sustento a su hogar, hasta el adulto mayor que ha logrado sobrevivir, pero con el dolor de haber perdido a un ser amado, o el niño que trata de entender cómo es que todo ocurrió y porqué ya no puede asistir a la escuela para convivir con sus “compañeritos” a quienes tanto extraña.
EL COVID SE LLEVÓ A MI HIJA
Rosa Hilda Tukar de 62 años de edad, habitante del ejido San Antonio de la Cascada, dijo que nunca imaginó lo que hoy pasa en todo el mundo, y hasta hoy le ha sido muy difícil enfrentar la pandemia. Pero lo más duro es que el Covid le arrebató la vida a su hija de 42 años.
“Perdí a una hija en noviembre”, expresó con lágrimas y en su rostro denotaba el inmenso dolor, “me tuve que ir a Monclova para cuidar a mis nietos, en verdad ha sido muy difícil, porque de la noche a la mañana todo nos cambió, pero más doloroso por la muerte de mi hija”.
Mencionó, que en la cuestión económica, el golpe también ha sido muy duro, pues su esposo trabaja en la obra (albañil), pero debido a su enfermedad ya no tiene la misma fuerza, aunado a ello disminuyeron los contratos de trabajo por causa de la contingencia.
“También nos la vemos difícil ahora que no podemos entrar a las tiendas a surtir a cualquier hora, nosotros que venimos desde lejos, tenemos que buscar raid y córrele porque después ya no te dejan, ya queremos que todo vuelva a ser como antes, aunque para nosotros ya nada será igual después de perder a mi hija”.
DRAMÁTICA SITUACIÓN
Para José Guadalupe Vidal Ramírez, padre de familia la situación por la pandemia ha sido muy dramática, pues el trabajo escaseó y hoy en día está padeciendo por la crisis económica.
José vende tacos de olla en la plaza principal, pero desde hace un año sus ingresos bajaron más del 50 por ciento “no es lo mismo de antes, sobre todo en los ingresos ya no son los mismos”.
“Tuvimos que cambiar todo para sobrevivir en este año tan difícil, pero gracias a Dios hemos salido adelante con salud, de un día para otro tuvimos cambios bien drásticos y de pilón un día nos retiraron, muy dramática la situación nadie sabe cómo estamos viviendo en casa”.
Manifestó que antes de la contingencia los ingresos eran de hasta 400 pesos, ahora apenas salen 200 pesos, pero requiere hasta 350 pesos para invertir y no le queda ganancia.
“Antes vendíamos 25 docenes diarias ya con eso nos quedaban suficientes ingresos, ahora vendemos 10 docenas por mucho, aparte tenemos que pagar lo del gas, las tortillas, la carne, no nos queda, la ganancia sería que sacara más de la inversión”.
En todo este tiempo ha sido complicado pagar los servicios de agua, luz y los gastos escolares pues tiene dos hijas en preparatoria.
EXTRAÑAMOS LA ESCUELA Y JUGAR CON LOS AMIGOS
Para los niños y jóvenes enfrentar la pandemia resguardados en sus hogares, no ha sido lo mejor pues, aunque ahora conviven más tiempo son sus padres, extrañan la escuela, los juegos y a sus amigos.
José Andrés de 15 años del municipio de Nadadores, cursa el tercer grado de secundaria, manifestó que sólo en películas había escuchado de virus que acababan con la humanidad, pero nunca pensó vivirlo.
A un año de la lucha por la supervivencia, lo que más extraña de la vida normal es salir a la calle a jugar futbol con los amigos del barrio, es lo que más extraña desde que empezó la contingencia.
“Sí salgo a veces a jugar, pero no como antes, que andábamos en las canchas de la colonia Deportivo, yo juego en un equipo, pero en todo el año no jugamos por la pandemia”.
Perla Rubí de 7 años estudia el segundo grado de primaria, mencionó que no entiende como el virus del Covid llegó a su municipio, pero aprendió que debe lavarse las manos y usar el cubrebocas para no contagiarse, “Sé que el virus puede hacer a las personas que se mueran, puede contagiarnos”.
Dijo que extraña a su maestra y jugar con sus amigos, por eso quiere que el Coronavirus se vaya pronto y no siga matando a más gente.