La agonía económica que existe en la Región Centro de Coahuila cada vez se agrava más por dos factores contundentes como la pandemia y la dura y complicada situación de Altos Hornos de México, donde ambas condiciones han logrado la pérdida de miles de empleos sumado además el cierre de empresas.
Todos supimos como cayó considerablemente la producción de acero en AHMSA al grado de sacar sólo 100 mil toneladas mensuales, cosa que no sucedía ni siquiera en el inicio de esta empresa y fue lo que provocó la mayor incertidumbre, no sólo en los trabajadores, sino en la Iniciativa Privada que depende de la siderúrgica local y en toda una región que su mayor flujo económico se deriva de las condiciones de Altos Hornos.
Hay quienes aseguran que mientras no se resuelva la situación legal del magnate del acero Alonso Ancira Eizondo, AHMSA seguirá en caída libre y quizá eso le conviene a los que hoy manejan el país olvidándose que poco a poco está muriendo una región con aproximadamente 350 mil habitantes, en la que además de toda la crisis que se vive existe una federación que se niega a declararla zona de emergencia económica.
Alcaldes, diputados y senadores de Coahuila han pugnado desde sus curules y ante todas las instancias habidas y por haber para obtener esta declaratoria que el gobierno federal sabe que le costaría y prefiere mantener en el hoyo a Coahuila como si no perteneciera al territorio nacional.
De ante mano sabemos que el Presidente de la República jamás apoyará de ninguna manera al sector privado y menos a la empresa de Altos Hornos, pero quien se vio en la necesidad de intervenir fue el empresario Julio Villarreal y su empresa Villacero para que Altos Hornos eleve sus niveles de producción considerando que nunca habían estado por debajo de las 120 mil toneladas de acero mensuales.
Urge levantar poco a poco esta empresa y Villacero lo sabe, están preparados para recibirla y que Julio Villarreal tome el timón del barco al momento en que se destrabe la situación de Ancira, pero al mismo tiempo saben que no pueden tomar el timón de un barco hundido, o bien una empresa que no les sirva para nada costando mucho más para levantarla del suelo.
Monclova no sólo vive este trago amargo, sino que además tiene que buscar la forma de buscar áreas de oportunidad para obtener fuentes laborales que ayuden a sostener no sólo la ciudad, sino la Región Centro que encabeza.
El segundo respiro que, aunque parece más promesa que otra cosa, son las tres empresas que anuncia con bombo y platillo la dirección municipal de Fomento Económico señalando que, del giro automotriz, pero que el tema no es nada nuevo recordando que desde hace dos años aproximadamente se ha manejado el tema sin que se concrete el proyecto.
Lo único que lo acerca a la realidad es que hoy manejan fecha de acercamiento con los inversionistas de estas tres empresas asegurando que a finales de abril estarían en reunión con autoridades municipales para confirmar si se quedan en Monclova tras los ofrecimientos que les haga la ciudad.
Se tendrá que poner todo en charola de plata a estos inversionistas luego de que Monclova no puede perder una oportunidad como esta donde se estarían generando cerca de mil 300 empleos que representan oro puro para la región en cuanto a nuevas oportunidades laborales que subsanen un poco la afectación que sufre el flujo económico.
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