Que sirva su sangre de semilla para que surjan más sacerdotes
“Se me murieron más de los que ordené”, fueron las palabras con la voz quebrantada de Monseñor Hilario González García, obispo de la Diócesis de Saltillo, quien explicó la difícil situación que han pasado frente a las trágicas pérdidas que se han presentado a raíz de la contingencia sanitaria por Covid-19; esto en la visita que hizo a la ciudad de Monclova.
Desde la llegada de la pandemia, la humanidad se ha enfrentado a una gran cantidad de pérdidas, tanto de seres queridos, amigos y conocidos, es por ello que Monseñor Hilario, mencionó que alrededor de 11 sacerdotes han perdido la vida, y aproximadamente seis de ellos a causa del SARS-COV2.
“Son pérdidas que nos duelen mucho por el valor personal, por el valor sacerdotal y lo que implica perder a un miembro de la diócesis, ya que, para que un joven se ordene como sacerdote tienen que pasar 10 años de formación,” explicó el obispo.
Al mismo tiempo recordó que de los 100 jóvenes que se interesan por el sacerdocio a través de una inquietud vocacional sólo 15 logran ingresar al seminario, logrando ordenarse sólo el 15 por ciento, “implica mucho esfuerzo tener un sacerdote para que la pandemia nos los esté arrebatando”, destacó el obispo.
Con el dicho de “sangre de mártires, semilla de cristianos”, alzó la fe para que cada vez que muere un sacerdote, su sangre perdida sirva de semilla para la cosecha de más sacerdotes.
Adaptándola a cada vez que muere un sacerdote, ojalá esa sangre que se perdió sirva de semilla para que haya más sacerdotes.