Estados Unidos sobrepasó este lunes el medio millón de muertos por la covid-19, una cifra infame a la que la primera economía del mundo llegó tras una estrategia caótica para controlar la pandemia, que además suma más de 28 millones de casos.
Los más de 500.000 muertos por la covid-19 en EE.UU. doblan los del segundo país más golpeado por la pandemia en el mundo, Brasil, que suma unos 247.000, y prácticamente triplican los 180.000 de México, ambos con sendas estrategias erráticas frente al virus.
Pese a que Washington está administrando millones de vacunas a diario y que ha acaparado gran parte del suministro mundial, los modelos de predicción apuntan a que los fallecidos seguirán aumentando hasta llegar esta próxima primavera a 600.000.
WASHINGTON DE LUTO
El día en Washington empezó con banderas a media asta en la Casa Blanca y en el resto de edificios federales con la previsión de que se iban a superar esos 500.000 muertos.
El presidente, Joe Biden, pronunció un discurso a la nación y organizó un homenaje a las víctimas en claro contraste con su antecesor, Donald Trump, que coqueteó con el negacionismo y que ignoró el número de fallecidos a medida que se multiplicaban.
"Sé que cuando miran esa silla vacía en la mesa de la cocina, todo vuelve, no importa cuánto tiempo haya pasado, como si acabara de pasar en el momento en que miraron esa silla vacía. Los cumpleaños, los aniversarios, las vacaciones sin ellos", afirmó Biden en un emotivo discurso.
"Y las cosas cotidianas -añadió-, las pequeñas cosas, son las que más extrañan. Ese olor cuando abren el armario. Ese parque por el que solían pasear. Ese cine donde se conocieron. El café de la mañana que compartían juntos. Su sonrisa. El tono perfecto de su risa".
Después de su discurso, el presidente, acompañado de la primera dama, Jill Biden, junto a la vicepresidenta, Kamala Harris y su marido, Doug Emhoff, guardaron un minuto de silencio en el pórtico sur de la Casa Blanca con la bandera que ondeará a media asta durante los próximos cinco días.