Daba un paseo con su sobrino, pero debido al exceso de velocidad no pudo controlar el caballo de acero
Un elemento activo de la Policía Preventiva en Frontera, murió minutos después de haber ingresado a la sala de urgencias del Seguro Social, cuando conducía una motocicleta y terminó proyectado de cabeza contra una banca metálica.
Los hechos se registraron minutos después de las 2:00 de la mañana, sobre la avenida Oriente y calle 16 de la colonia Hipódromo, cuando el hoy occiso que en vida respondió al nombre de Fernando N, quien contaba con 28 años de edad y tenía su domicilio en la colonia San Miguel, viajaba a bordo de una motocicleta color roja, acompañado por su sobrino, Armando N de 21 años de edad, vecino de la calle Lombardo en la colonia Pípila, quien resultó con una fractura expuesta de tibia y peroné en la pierna derecha.
El percance sobrevino al momento de pasar un bordo y debido al exceso de velocidad en el que circulaban, perdió el control del caballo de acero y se proyectó contra el camellón central que divide los dos carriles de circulación, provocando que ambos tripulantes salieron disparados hacia el costado izquierdo.
Armando N voló por los aires y cayó golpeándose contra el pavimento, mientras Fernando N que no contaba con el casco de protección, terminó impactado de cabeza en el objeto fijo, ocasionándose una fractura en el cráneo con exposición de bóveda y derrame de masa encefálica.
Quedando dentro de un enorme charco de sangre, lugar de donde fue levantado por socorristas de Cruz Roja, quienes al darse cuenta que contaba aún con signos vitales, lo trasladaron de emergencia a bordo de la ambulancia, al hospital para su atención médica, lamentablemente debido a la gravedad de las lesiones, perdió la batalla contra la muerte.
A la llegada de los elementos del departamento de Control de Accidentes, la motocicleta ya había sido escondida por compañeros de los dos lesionados tratando de ocultar parte de la evidencia.
El lugar de la escena rápidamente se llenó de curiosos y familiares, quienes no daban crédito a la terrible tragedia, elementos de la Agencia de Investigación Criminal, acudieron al nosocomio para dar fe del deceso y ordenar el traslado del cuerpo a una funeraria local, donde se le practicaría la necropsia de ley por parte del médico legista y así determinar las causas del fallecimiento.