Las elecciones de noviembre próximo serán cruciales para Nicaragua, porque estarán en juego 42 años de dominio casi absoluto de la política local por parte de Ortega
Managua,- El Gobierno de Nicaragua rechazó este jueves el intervencionismo extranjero y advirtió que en el país “no hay espacio para otras voces”, en medio de la sangrienta crisis sociopolítica local y cuando faltan nueve meses para las elecciones presidenciales del 7 de noviembre.
“Somos nicaragüenses, y les decimos que entre nicaragüenses nos entendemos, no hay espacios para otras voces, las mismas identidades injerencistas e interventoras, en esto no, con otras modalidades no”, dijo la vicepresidenta Rosario Murillo, en una alocución.
En octubre pasado la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) resolvió instar a Nicaragua que realice reformas de ley para garantizar unas “elecciones creíbles”, lo que, según la oposición, implica observación nacional e internacional.
“Ante esa continuidad de la injerencia aquí estamos, aquí estamos con mente, con corazón, con inteligencia y con amor, haciéndole frente”, dijo la también primera dama tras referirse a antiguas invasiones estadounidenses sobre territorio nicaragüense.
El Gobierno del presidente Daniel Ortega ha sido criticado dentro y fuera de Nicaragua por la reciente aprobación del llamado “paquete de leyes represivas”, que impiden recibir recursos del exterior, regulan la información en dispositivos digitales incluso si es personal, e impiden aspiraciones a cargos de elección popular a quienes critiquen al Gobierno.
Entre las nuevas leyes está la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros, conocida como “Ley Putin”, la Ley de Ciberdelitos, apodada “Ley Mordaza”, y la Ley de defensa de los derechos del pueblo a la independencia, la soberanía y autodeterminación para la paz.
Dichas leyes, más reformas que establecieron la cadena perpetua y el encarcelamiento sin acusación judicial hasta por tres meses, acentuaron una crisis que ha dejado cientos de muertos desde el estallido social contra Ortega en 2018.
Horas antes del aviso de Murillo el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Derecho a la Libertad de Reunión Pacífica y de Asociación, Clément Nyaletsossi, afirmó que existe preocupación en el organismo por la crisis de derechos humanos en Nicaragua, cuyo Gobierno le niega la entrada al país.
Las elecciones de noviembre próximo serán cruciales para Nicaragua, porque estarán en juego 42 años de dominio casi absoluto de la política local por parte de Ortega.