Organizaciones humanitarias y ambientalistas exigieron este miércoles al Gobierno de El Salvador crear una estrategia para frenar el aumento de los casos de la enfermedad renal crónica que afecta principalmente a campesinos.
Los activistas llamaron al presidente Nayib Bukele a que "emita las instrucciones que estime necesarias" para "reducir los riesgos a los derechos a la vida, a la salud y un medio ambiente sano asociados con la exposición y utilización de agrotóxicos".
También exigieron al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) que "regule eficientemente el monocultivo de la caña de azúcar" y que prepare una política que fomente la "descontaminación de los suelos".
La enfermedad renal crónica, que significa que los riñones están dañados y no pueden filtrar la sangre como deberían, está ligada a trastornos metabólicos como hipertensión, obesidad o diabetes.
Sin embargo, la enfermedad con causas no tradicionales es considerada un "misterio" por los expertos, ya que afecta con fuerza a los jornaleros agrícolas, principalmente cortadores de caña, de las zonas del Pacífico de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
En julio de 2018, El Gobierno de Sri Lanka acordó apoyar a El Salvador en el tratamiento de la enfermedad renal crónica, sin que se conozcan los avances de dicho acuerdo.
Según diversas organizaciones ambientalistas, los pesticidas podrían ser una de las causas principales de una extraña enfermedad renal que ha causado la muerte de al menos 5.808 campesinos desde 2002.
En el 2013 se intentó prohibir el uso de algunos pesticidas con la aprobación una iniciativa en el Congreso, pero el entonces presidente Mauricio Funes (2009-2014) frenó el proceso y pidió que 11 de los 53 no fueran prohibidos por sus posibles impactos en la producción agrícola.
Desde entonces dicho anteproyecto no ha sido retomado por los miembros del órgano Legislativo.