El Atlético Madrid escapó de la presumible presión a la que le somete el liderato y volvió a la rutina que han fortalecido los números que le visten de favorito a pesar de la mejoría del Barcelona y la permanente solidez del Sevilla, que, junto al Real Madrid, no flaquean en su persecución.
El conjunto de Diego Pablo Simeone sacó adelante un partido clave. Por el espíritu de su rival, el Granada, y por venir de donde venía: un empate contra el Celta, dos puntos perdidos en el camino y aliento para el resto de pretendientes al liderato.
El Barcelona y el Sevilla acumulan victorias para intentar condicionar a un líder que no flaquea. Ocurrió en el Nuevo Los Cármenes de donde salió airoso a pesar de la agitación, el empuje y la influencia que como estrategia emplea el entorno.
Plagado de bajas, especialmente castigado por el coronavirus, el Atlético Madrid obtuvo un triunfo relevante. Sin brillo, pero importante, para mantener a raya a sus rivales. Ocho de distancia respecto al Barcelona y el Real Madrid. Y con un partido menos, que disputará el miércoles frente el Levante.
Los goles de Marcos Llorente, que abrió el marcador, y del argentino Ángel Correa, que deshizo la igualada establecida por Yangel Herrera, elevaron a diecisiete, en veintiún partidos, la relación de triunfos en lo que va de curso.
Se reencontró con la victoria y se quitó lastre el Atlético Madrid. "Estamos en un periodo positivo, el equipo está en una situación buena, buscando crecer y sabe lo que quiere. Hicimos un esfuerzo muy grande, y con el esfuerzo más el talento estamos más cerca de los objetivos", dijo Diego Pablo Simeone.
Por si acaso, el Barcelona aprieta. Goleó al Alavés plagado de suplentes (5-1), con otro chico, de dieciocho años, Ilaix Moriba, debutante, titular y perspectiva de futuro. Agitó su once Ronald Koeman que sumó su séptima victoria seguida en LaLiga y revitalizó su talante para el martes y la visita del París Saint Germain en la Liga de Campeones.
Leo Messi volvió a marcar las diferencias. El astro argentino ha recuperado su mejor nivel. Hace jugar, marca, se divierte. Un doblete suyo, otro de Trincao y un gol de Junior destrozaron al equipo de Abelardo Fernández que estuvo en el partido hasta el cuarto de hora final.
Las mejores sensaciones antes de pensar en el París Saint Germain. Europa es el camino más recto al éxito dada la fiabilidad del líder español y del mal resultado cosechado en la Copa.
El Sevilla sigue a lo suyo. Son ya nueve partidos seguidos, entre Liga y Copa, que gana consecutivamente el conjunto de Julen Lopetegui, afianzado entre los cuatro primeros y dispuesto a todo.
Con la vista puesta en la visita del Borussia Dortmund el miércoles tiró de rotaciones el equipo sevillano que aún así, sostenido por el meta Bono, salvador, y gracias a un gol de Munir El Haddadi, sumó tres puntos. Tiró de eficacia el cuadro de Lopetegui ante el Huesca (1-0) que mereció más.
Tras una primera con escasas ocasiones y más trabajo que brillo, en la que los oscenses exhibieron un disciplinado sistema defensivo, en la segunda llegó el gol de Munir y también el empuje del Huesca, que hizo sufrir al Sevilla y tuvo el empate en un cabezazo de Rafa Mir y en una doble acción de Sergio Gómez y Mir que frustró Bono.
El Huesca sigue anclado en el pozo, con la salvación a cinco puntos después de que el Eibar y el Valladolid firmaran tablas en Ipurúa (1-1). El empate es insuficiente para ambos, presionados por el temor a perder y sin atrevimiento.
El Valladolid, que tomó ventaja al inicio con un penalti transformado por Roque Mesa, sigue en descenso. Es antepenúltimo. El Eibar, que empató gracias a Kike García también en la primera parte, marca la salvación aunque con la misma puntuación que su adversario.
Por debajo, antepenúltimo, está el Elche que perdió el viernes en Vigo el partido (3-1) y a su entrenador, el argentino Jorge Almirón, que dimitió tras la derrota.
El doblete de Santi Mina y el gol de Brais Méndez dejan al conjunto vigués con Europa a tiro.