Las embarcaciones Lady Nayera y Sea Wolf regresaron este domingo a puerto junto con los 12 pescadores guyaneses detenidos el pasado 21 de enero por Venezuela, acusados por el Gobierno de ese país de presuntamente faenar en sus aguas jurisdiccionales.
Los capitanes de ambos barcos anclaron en el puerto Lallbacchan, en Charity, en la zona de Región II (Pomeroon-Supenaam), donde fueron recibidos por Kumar Lallbacchan, dueño de Lady Nayera, y el presidente del área, Vilma De Silva.
"Me siento muy bien. Estoy bien emocionado de estar de regreso a casa", aseguró Christopher Shaw, miembro de la tripulación del barco Sea Wolf, al llegar al puerto.
Shaw, no obstante, indicó que un indeterminado grupo de pescadores siguen confinados en el barco porque están siendo examinados por la covid-19, por lo que están esperando los resultados de la prueba.
Los pescadores fueron detenidos el 21 de enero pasado por las fuerzas navales venezolanas en aguas que Guyana considera parte de su territorio.
En el momento de ser detenidos, los pescadores faenaban junto al río Waini en dos grupos de seis en las embarcaciones Lady Nayera y Sea Wolf, cuando fueron capturados por tropas navales venezolanas.
Este acto de Venezuela fue condenado por las autoridades de Guyana, que defienden que ambas embarcaciones operaban dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Guyana cuando fueron interceptados por el buque de la Armada venezolana Comandante Hugo Chávez GC 24.
La detención de los pescadores fue el último episodio de las tensiones entre los dos países por la Región del Esequibo, una zona de 159.500 kilómetros cuadrados, rica en recursos naturales y minerales, que se encuentra ubicada entre Venezuela y Guyana.
El Gobierno venezolano rechaza que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) resuelva la disputa territorial, sobre todo después de que el pasado diciembre, el alto tribunal decidió, por doce votos a cuatro, que tiene jurisdicción para "analizar la validez del laudo arbitral de 3 de octubre de 1899" que estableció la frontera con Guyana.
LA EXPERIENCIA DE LOS PESCADORES
Sobre su tiempo detenido en Venezuela, Shaw, de 29 años, afirmó que fue "estresante".
Por su parte, el capitán de Lady Navera, Richard Ramnarine, dijo sentirse "feliz" de que él y sus hombres finalmente regresaron a sus casas, y que a su llegada solo tenían palabras de apoyo de parte de sus compatriotas, incluyendo funcionarios locales.
Ramnarine, no obstante, lamentó que el grupo de pescadores regresó a Guyana sin dinero, pues hasta la poca plata que tenían fue confiscada por las autoridades venezolanas.
"Todos regresamos con las manos vacías, sin dinero, nada de plata para darle a nuestras familias. Algunos de nosotros no tenemos ni dinero para regresar a nuestros hogares. Estamos contentos de que regresamos con vida, pero andamos sin dinero", afirmó Ramnarine.
Ante ello, Ramnarine hizo un llamado al Gobierno de Guyana para que les provean con alguna asistencia económica, la cual entonces les ayudará a regresar al mar para proseguir con su faena diaria.
"Todo el mundo tiene deudas", afirmó Ramnarine.
"Algunos de los compañeros tienen que pagar la renta y familias que mantener. Y en cada viaje, estaban acostumbrados a llevar dinero a sus familiares. Pero este viaje fue improductivo", añadió.
Ante esto, el sábado, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Guyana, Hugh Todd, le proveyó a los familiares de los pescadores con ropa, y les aseguró que estos no estaban involucrados en pesca ilegal.
Todd se reunió con los familiares de los pesqueros en la zona de Región II, un día antes de que los pescadores regresasen a sus hogares tras ser dejados en libertad el pasado martes.
Por su parte, el capitán de la embarcación Wolf, Toney Garraway, admitió que al principio sintió miedo, pero que se sintió aliviado cuando escuchó que el Gobierno de Guyana y la comunidad internacional trabajaban para liberarlos.