La Justicia Especial para la Paz (JEP) acusó por primera vez a la antigua guerrilla de las FARC por crímenes de guerra e imputó a sus últimos ocho jefes por los secuestros y otros graves delitos relacionados con la privación de la libertad cometidos durante el conflicto armado colombiano.
"La Sala de Reconocimiento de la JEP les imputó a ochos miembros del antiguo Secretariado de las extintas FARC crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra dentro del Caso 01", dijo este jueves la magistrada Julieta Lemaitre Ripoll.
Según la magistrada, la calificación jurídica dada a los antiguos jefes de las FARC, actualmente dirigentes del partido político Comunes, "es el máximo reproche que este tribunal puede hacer y responde a las graves violaciones del principio de humanidad".
Los imputados son acusados de privar a numerosas personas de su libertad y en consecuencia, la Sala de Reconocimiento también los acusó de otros crímenes de guerra relacionados como homicidio, tortura, tratos crueles, atentados a la dignidad personal, violencia sexual y desplazamiento forzado.
Los acusados son Rodrigo Londoño, último jefe de la antigua guerrilla y actual presidente de Comunes, surgido de la desmovilización de las FARC; los senadores Julián Gallo y Pablo Catatumbo, así como los también exjefes guerrilleros Jaime Alberto Parra, Milton de Jesús Toncel, Juan Hermildo Cabrera, Pastor Alape y Rodrigo Granda.
La JEP, tribunal creado a instancias del acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016, llegó a esta decisión después de dos años y medio de investigación en los cuales examinó archivos judiciales que incluyen documentos y computadores incautados en operaciones militares, extensos informes entregados por la Fiscalía y la sociedad civil.
Igualmente tuvo en cuenta las versiones individuales y colectivas de 257 excombatientes, en las que muchos reconocieron su responsabilidad, y las observaciones de 1,028 víctimas.