La policía rusa registró hoy el domicilio del líder opositor Alexéi Navalni y las oficinas de su Fondo Contra la Corrupción en Moscú en el marco de un caso penal por incumplir las normas sanitarias en tiempos de pandemia durante las protestas antigubernamentales del pasado sábado.
La esposa de Navalni, Yulia, intentó impedir la entrada de los agentes de las fuerzas de seguridad llamando a su abogado, pero estos derribaron la puerta, según informa Iván Zhdánov, director del fondo, en Twitter.
La policía también se personó en el apartamento del hermano del opositor, Oleg, y en los domicilios de varios de los organizadores de las multitudinarias protestas del 23 de enero, incluidos miembros del Partido Libertario.
Según el periódico "Nóvaya Gazeta", dos de los ayudantes más cercanos de Navalni, entre los que figura su jefa de prensa, Kira Yarmish, fueron trasladados por la policía desde el centro de reclusión donde se encontraban a sus domicilios para proceder al registro.
Las autoridades incoaron un caso penal contra Navalni y sus aliados por llamar a manifestarse a un "número indeterminado de personas", lo que representó "una amenaza de infección masiva" con covid-19.
El operativo tuvo lugar en la víspera de que la Justicia rusa estudie el recurso contra el arresto por 30 días de Navalni, que fue detenido y condenado a su regreso de Alemania el 17 de enero.
Después de la detención de casi 4,000 personas y la apertura de más de una veintena de casos penales en las protestas, la oposición convocó para el domingo una nueva jornada de manifestaciones que en el caso de Moscú debe arrancar frente a la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
El Kremlin informó hoy de que durante su primera conversación telefónica el presidente ruso, Vladímir Putin, le dio las "necesarias aclaraciones" sobre el caso Navalni a su colega de EU, Joe Biden, que se mostró "muy preocupado" por el trato al opositor.
Rusia, que denunció esta semana a la embajada de EU por promover las protestas en sus publicaciones en las redes sociales, acusa a Navalni de trabajar para los servicios secretos estadounidenses.
La Unión Europea valoró el lunes la posibilidad de una nueva ronda de sanciones contra Rusia por el caso Navalni, pero decidió esperar al juicio previsto para el 2 de febrero, en el que el opositor podría ser condenado a varios años de cárcel por un antiguo y polémico caso penal.