La reapertura de restaurantes al aire libre no fue fácil, es lenta, compleja y mantiene bajas las ventas, dijo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Francisco Fernández.
Los restauranteros prácticamente volvieron a empezar, luego de estar "demasiado tiempo en terapia intensiva, demasiado tiempo con ventas por debajo de lo necesario. Ha sido demasiado complejo".
El hecho de que varios estados están en semáforo rojo mantiene a los restaurantes del país con ventas de entre 30% y 40%, expuso Fernández a EL UNIVERSAL.
En el Valle de México "ha sido muy lenta la apertura, porque abrir al aire libre no es fácil, operar en las banquetas hace que la operación sea complicada", mientras que en otras ciudades como Durango, que también tiene semáforo rojo, no es el cierre tan severo como en la Ciudad de México y en el Estado de México.
Señaló que es importante que se avance de un concepto de sectores esenciales a actividades "seguras", porque no necesariamente un negocio por ser esencial cumple con todo el protocolo de seguridad.
Por ejemplo, dijo que una farmacia es esencial, pero puede no cumplir con todo el protocolo sanitario que se les pide, mientras que un negocio no esencial puede cumplirlo al cien.
Otro punto a considerar es que se demostró que cuando se cerraron las actividades en el Valle de México siguieron los contagios, lo que comprobó que no son los restaurantes los focos de infección.