Pam Rorke Levy renunció a su cargo como Presidenta de la junta de fideicomisarios del Instituto de Arte de San Francisco (SFAI por sus siglas en inglés) tras la polémica propuesta de vender el mural de Diego Rivera titulado "The Making of a Fresco, Showing The Building of a City" (La creación de un fresco, en español).
Rorke Levy dejó su puesto que ostentaba desde 2018 el viernes pasado y será sustituida por el fotógrafo Lenni Graham, exalumno del Instituto y profesor de artes visuales de la Universidad de Pensilvania.
La ahora expresidenta de la junta del SFAI declaró al New York Times que sentía que podía retirarse de su puesto porque el Instituto ya tenía "marcado el camino para reconstruirse por sí mismo".
El Instituto de Arte de San Francisco se encuentra en una crisis económica, agravada por la pandemia. Incluso en 2020 corrió riesgo de cerrar de forma permanente, pero gracias a donativos y a que la Universidad de California adquirió su deuda, el centro educativo a podido mantenerse en los últimos meses.
La polémica surgió a finales del 2020, cuando se hizo pública la propuesta de vender el mural que Diego Rivera pintó para el Instituto en 1931. Profesorado, alumnos y líderes del sindicato del SFAI expresaron su rechazo a la posible venta.
A través de un correo electrónico, Pam Rorke Levy, había dicho a EL UNIVERSAL que, debido a la importancia histórica del mural para la comunidad, en especial la latina, su prioridad es conseguir socios para crear un fondo que permita mantener el mural in situ abierto al público y "ultimadamente" darlo en comodato. Y en tercer lugar, reconoció que es "el deber fiduciario de la junta contemplar todas las opciones y escenarios posibles", entre éstos la venta del mural.
En la primera semana de 2021 inició en la ciudad de San Francisco el proceso con miras a que sea aprobada la propuesta de declarar patrimonio el mural de Rivera. La propuesta de designación fue aprobada con el voto unánime de los supervisores de la ciudad, ahora sólo tardaría un par de meses en concretarse, declaró el supervisor Aaron Peskin a EL UNIVERSAL.
En una carta dirigida a la junta de supervisores de San Francisco —en poder de EL UNIVERSAL— la entonces Presidenta de la junta pide detener la designación del mural “al menos un mes” para evitar consecuencias que afectarían de forma "irreversible" al Instituto.