Seis de cada diez homicidios contra las mujeres fueron agresiones con disparos de armas de fuego al sumar mil 102 casos.
Durante el primer semestre de 2020 en medio de la pandemia por Covid-19, el número de homicidios de mujeres ascendió a mil 844 casos, cifra superior a los mil 834 delitos reportados en el mismo periodo del año anterior, con lo que alcanza un nuevo máximo histórico para dicho lapso, de acuerdo con datos publicados por el Inegi.
Seis de cada diez homicidios contra las mujeres fueron agresiones con disparos de armas de fuego al sumar mil 102 casos; le siguió en orden de importancia 259 agresiones por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación; así como 217 asesinatos con objeto cortante.
Por su parte, el número de homicidios de hombres ascendió a mil 414 casos en la primera mitad del año pasado, cifra 4.7% inferior a la reportada un año antes.
De igual forma que en el caso de las mujeres, la mayor parte de los homicidios fueron por agresión con disparo de otras armas de fuego, con un monto de 11 mil 53 delitos; seguidas por mil 414 agresiones con objeto cortante; y 861 casos por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación.
Las estadísticas revelan que en el primer semestre de 2020, en total se registraron 17 mil 123 homicidios en México. Es decir, una razón de 13 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional, tasa que es menor a la registrada en 2019 para el mismo periodo.
Estas cifras se derivan de la estadística de defunciones registradas, a partir de los registros administrativos de defunciones accidentales y violentas, los cuales son generados por las entidades federativas y que son recopilados mensualmente por el Inegi.
Las fuentes informantes que tuvieron al menos un registro de homicidio corresponden a 201 Oficialías del Registro Civil, a 100 Servicios Médicos Forenses y a 168 Agencias del Ministerio Público.
A partir de 2015 el Inegi capta información de presuntos homicidios directamente de los Servicios Médicos Forenses por medio de los certificados de defunción que emiten para las muertes accidentales y violentas. Además, capta datos en las Oficialías del Registro Civil a través de actas y certificados de defunción. Esta información se complementa con la proporcionada por las Agencias del Ministerio Público mediante cuadernos estadísticos de defunción.
Los homicidios forman parte de las defunciones accidentales y violentas, cuya clasificación se determina con base en las afecciones y lesiones (causas), la presunción del tipo de defunción y el motivo de la lesión, registrados por el médico certificante en el certificado de defunción.
Las primeras dos son fundamentales para distinguir entre un presunto homicidio, un presunto accidente o un presunto suicidio, aunque en algunos casos el certificante carece de elementos suficientes para identificar la intencionalidad del hecho ocurrido.