La aerolínea neerlandesa KLM anunció este jueves que reducirá su plantilla, en entre 800 y 1000 puestos de trabajo, en este 2021, que se suman a los 5000 empleos que ya desaparecieron en la compañía el año pasado, y lo justifica en el impacto de la segunda ola en la recuperación del tráfico aéreo.
Según el director general de KLM, Pieter Elbers, esta reducción de plantilla “es independiente de las nuevas medidas tomadas por el gobierno (neerlandés) en las últimas 48 horas”, en referencia a la introducción de una cuarentena obligatoria a los viajeros, así como la exigencia de una PCR negativa y un test rápido para poder entrar a Países Bajos.
Como estas medidas requieren apoyo parlamentario, el Ejecutivo de Mark Rutte decidió prohibir todos los vuelos entre Países Bajos y Reino Unido, Sudáfrica y toda Sudamérica, entre otros, hasta que se puedan exigir los test y la cuarentena obligatoria.
La compañía advirtió hoy de que suspenderá a partir del viernes todos los vuelos intercontinentales y aquellos europeos en los que su tripulación tenga que pasar la noche en otro país, si el Ejecutivo no hace una excepción para su personal a la exigencia de superar un test rápido porque, de lo contrario, podría verse obligada a dejar a empleados en tierra si dan positivo en la prueba.
“Las nuevas medidas son un ejemplo de las restricciones y dinámicas a las que nos hemos enfrentado en todo el mundo desde el estallido de la pandemia. Incluso si nuestras tripulaciones están exentas de esta obligación, esta reducción adicional de puestos de trabajo es, lamentablemente, muy necesaria. A esto, se suman los efectos de las últimas medidas”, añadió Elbers.
La aerolínea justificó que “la dolorosa reducción de KLM en 5.000 puestos de trabajo en 2020” se basó en el “inicio de una recuperación en la aviación durante 2021”, pero la realidad es que esa recuperación “está tardando considerablemente más de lo esperado, especialmente en los destinos de larga distancia” por las restricciones internacionales de viaje de diferentes países.
Lamentó la nueva situación y anunció que dividirá los próximos despidos en 500 miembros de cabina, 100 pilotos y hasta 400 entre el personal de tierra.
El Gobierno neerlandés autorizó el año pasado una ayuda estatal de 3.400 millones de euros (unos 4.130 millones de dólares al cambio actual) para que la compañía pudiera hacer frente al golpe por la cancelación de vuelos y la paralización del tráfico aéreo.
Además, KLM se encuentra en pleno proceso de reestructuración empresarial como parte de un plan de recortes exigido por el Ejecutivo neerlandés a cambio de esa ayuda estatal que entregó a la compañía a lo largo de los últimos meses.