Utilizando la fuerza y gases disipan la caravana que se dirigía a México y EU
San José/Tecún Umán.— Tras militarizar la zona fronteriza con Honduras con tropas, armas de fuego y equipos antidisturbios, Guatemala disolvió ayer con gases lacrimógenos y a la fuerza al más numeroso bloque de la caravana de miles de migrantes irregulares hondureños que pretendía llegar a México y avanzar a Estados Unidos y logró que una mayoría aceptara regresar a su país. “El paso vehicular ha sido liberado”, proclamó un escueto mensaje que el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) difundió ayer a las 12:25 horas locales (mismo tiempo del centro de México). La movilización de hondureños fue desarticulada y obligada a retornar a Honduras, en una acción que sofocó una nueva crisis del incesante flujo irregular de personas del sur al norte de América. Soldados y policías guatemaltecos lanzaron gases lacrimógenos e intercambiaron ataques con piedras, palos y botellas con los migrantes ayer al mediodía en una carretera del poblado de Vado Hondo, en el oriental departamento (estado) guatemalteco de Chiquimula, limítrofe con el occidente de Honduras. El nuevo percance se registró en el mismo sitio donde el pasado domingo estalló un violento choque entre tropas guatemaltecas y viajeros hondureños, en un hecho sangriento que permitió a Guatemala impedir el paso de los migrantes.
“Grupos de migrantes optaron por seguir rutas dentro de la aldea Vado Hondo (…), las autoridades coordinan los retornos voluntarios”, confirmó el IGM a EL UNIVERSAL.
Las caravanas, que salieron de la norteña ciudad hondureña de San Pedro en dos oleadas a partir de la noche del pasado miércoles y la madrugada del viernes anterior, fueron dispersadas y los aparatos guatemaltecos de control se movilizaron para contener cualquier riesgo de fuga.
Un grupo de unos 800 que se movilizó por el departamento de Zacapa, vecino con el norte de Chiquimula, fue localizado por las autoridades guatemaltecas, indicó el IGM.
La cifra de integrantes de la expedición, que emprendieron el viaje sin visas y advertidos de que Guatemala, México y EU impedirían su ingreso por medios ilegales, pasó de unos 250 en el primer grupo del miércoles a unos 9 mil para el fin de semana.
Guatemala, que decretó el 14 de este mes un estado de prevención por 15 días en siete departamentos por la llegada de la caminata, condicionó su paso a la presentación de documentos de viaje al día y pruebas de que son negativos de coronavirus.
Por la mañana, como estuvieron desde el sábado, los miembros de la caravana permanecieron concentrados y, según el IGM, las autoridades guatemaltecas esperaban que accedieran “a realizar los controles respectivos tanto migratorios como sanitarios”.