¡Al pesebre… fieras! WhatsApp

 

WhatsApp

En días pasado se ha armado una revuelta en redes sociales debido a los cambios en los términos de uso de la aplicación de mensajería más utilizada en el mundo: WhatsApp. A partir de febrero, si utilizas este sistema para comunicarte, aceptas los cambios, que entre otros incluye: compartir información de tu conexión, información de nombre y teléfono, datos de pagos y transacciones hechos a través de la aplicación (montos, método de pago, detalles de envío) y cualquier dato relevante en cuanto a actividad dentro de la aplicación con Facebook y socios comerciales del conjunto de empresas que dirige Mark Zuckerberg.
Muchos usuarios decidieron entonces migrar a otras alternativas, la que le sigue probablemente en popularidad, aunque muy abajo en números de uso es Telegram. La aplicación rusa Telegram es una buena alternativa tecnológicamente hablando. Implementó desde antes la conexión cifrada de datos entre quien se mensajea, pero, además, añadió “chats secretos” que se autodestruyen después de un tiempo establecido, en esos mensajes notifica cuando alguien toma pantallazo, permitiendo de algún modo cuidar un poco más la privacidad. Pero además de esas cuestiones de seguridad en teoría no se comparte información del usuario con otras empresas, algo que oficialmente y a partir de los cambios anunciados hará WhatsApp.
Ciertamente la mayoría de personas no dejarán la aplicación porque es fácil y “gratuita” (cuando inició era de pago, costaba 1 dólar al año y se comprometían a jamás compartir información tuya), al tener convenios con operadores de todo el mundo y por conveniencia de ambas partes, permiten enganchar a usuarios que al no consumir datos de su plan o incluso de “ficha” (prepago) es algo sumamente atractivo, vino a sustituir los mensajes de texto SMS de pago por mensaje, por la aplicación que permitía enviar mensajes ilimitados con todos tus contactos.
Así pues, no es que WhatsApp se vaya a apoderar de tus mensajes o fotografías por ser Juan Pérez, sino que utilizará la información para seguir generando ingresos con explotación de la información que voluntariamente le entregamos o con la venta de datos a quien pague por ello (socios comerciales). De todas formas, recordemos una máxima en esta época digital: no decir en un chat algo que no diríamos en persona.
Al final, era mejor cuando pagábamos la aplicación con dinero y no con nuestros datos, lo que inquieta es que cuando la aplicación no era de Facebook había anunciado que jamás compartiría los datos con terceros. Cuando la compró FB dijo también que nunca compartirían datos entre aplicaciones.

Redes sociales opresoras
Las “benditas redes sociales” pasaron a ser opresoras de la libertad de expresión, basta ver las declaraciones de los presidentes Trump y López Obrador. Ambos han declarado la intención de crear una red social que “no limite la libertad de expresión”, cuando ellos más que nadie deberían saber que lo que se dice, importa y tiene consecuencias. Más con personas con tanto poder. Nuestro presidente, informó que no descarta crear una red social o aplicación donde en su creación podrían participar el CONACYT, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; la Secretaría de Relaciones Exteriores… con el objetivo, indicó, de garantizar que en México haya libertades y no censura. Hay algo de razón, porque las reglas que aplican las redes sociales aparentemente no son iguales para todos.
«No puede ser que una empresa particular se erija en la institución mundial, por sus alcances, de la censura, como la santa inquisición de nuestros tiempos, en lo que corresponde a las redes sociales. Eso no se puede aceptar, eso no se puede permitir porque va en contra de la libertad» — AMLO.
Mandalorian. Disney se apuntó un 10 en la creación de la serie “The Mandalorían” donde acaparó la atención de un nuevo público (niños y jóvenes) y personas que jamás habían visto Star Wars. Baby no Yoda (Grogu) es todo un éxito comercial. La serie en formato “western” ha reclamado el título de serie más solicitada, encima de Stranger Things.
jorgem@gmail.com 

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