Tras cuatro años marcados por la polémica, el asalto al Capitolio protagonizado por sus seguidores le ha terminado por costar a Donald Trump el apoyo de buena parte de la comunidad empresarial y amenaza el futuro de sus negocios una vez que abandone la Casa Blanca.
La marca Trump, el principal activo del magnate neoyorquino, se ha convertido en tóxica tras el histórico episodio del pasado miércoles en Washington y muchas empresas se apresuran a distanciarse.
En una cascada con pocos precedentes, grandes compañías de todos los sectores han condenado los disturbios y al presidente saliente por instigarlos con denuncias de fraude electoral sin base.
Algunos influyentes grupos empresariales que han cooperado estrechamente con la Administración han llegado a pedir que se considere la destitución del mandatario antes de la toma de posesión de Joe Biden este mes.
Pero las empresas no se han quedado en palabras, muchas están tomando también medidas con un impacto directo en el mandatario y, sobre todo, en su futuro de vuelta al mundo de los negocios.