En días pasados se vio una interrupción en el Congreso de los Estados Unidos orquestado por simpatizantes del saliente y furioso presidente Donald Trump, renuente entonces y ahora a reconocer el haber perdido la reelección de su país y que presuntamente convocó a simpatizantes a protestar para evitar el reconocimiento del triunfo electoral del presidente electo Joe Biden y que se salió de control, resultando en la muerte de 4 personas y varios heridos. De esa toma del Capitolio, muchos políticos condenaron y protestaron por el hecho ante lo que fue un intento fallido por revertir el resultado de las urnas o simplemente un berrinche del presidente saliente y que salió caro. Luego Twitter, Facebook e Instagram decidieron restringir las cuentas personales de Trump “para evitar incitaciones de insurrección”; redes sociales donde el presidente se desenvuelve con holgura y de forma permanente y aparentemente sin auto censura. Aquí hay dos cosas que observar, la primera es que al igual que en la vida real no puedes salir desnudo por la calle sin esperar consecuencias, de la misma forma no puedes decir lo que sea -menos siendo una figura pública y mediática- en las redes sociales y esperar que nada suceda. Habrá muchas personas que digan y expongan sus argumentos como ya lo hizo Andrés Manuel López Obrador, calificando a Zuckerberg de “prepotente y arrogante” alegando libertad y derecho de expresión. Ahí es el segundo punto… ¿Hasta dónde le hemos dado poder a las redes sociales para decidir cuando algo está bien o mal? ¿simplemente ejercen su derecho de ser empresa privada y establecer y exigir reglas de comportamiento en su negocio? ¿es un negocio privado y ajeno de lo público o ha trascendido más allá de eso?. No es algo fácil de discernir, cuando las políticas de una empresa comienzan a comportarse como reguladores de contenido y comportamiento, algo que hasta hace poco era monopolio de poderes constituidos legítima y legalmente en forma de gobierno. Fue más allá AMLO, diciendo que habría que considerar medios alternativos de información. Ahí se equivoca, si bien Facebook, Twitter o el mismo Google son buscadores y/o concentradores de la información, no es sino la alimentación que hacen sus usuarios, las agencias, los medios de comunicación impresos, cadenas de televisión y generadores de contenido quienes crean y publican ahí su información. Son canales, no generadores. Bien que haya empresas así, cuestionable que se tomen atribuciones que hasta hace pocos años tan sólo mencionarlo habría hecho abrir los ojos como platos a más de uno.
Las redes sociales para bien o para mal, ahí están y no sólo hemos creado al golem, lo hemos alimentado y promovido cada día.
2021 será mejor
Empezamos el año con muchas expectativas de que sea mejor para todos. Y es que desde que anunciaron la autorización de la vacuna contra el COVID-19 y posterior despliegue de vacunación para en un inicio aplicarse a médicos, enfermeras y personal de la salud “de primera línea” ha despertado entusiasmo y confianza en que las cosas deberían ser mejores. Si bien en la primera etapa de vacunación sólo se contempla al personal de salud, en siguientes fechas se irá vacunando al resto de la población, comenzando con los adultos mayores, personas con alguna enfermedad crónica y a partir de junio empezará la vacunación al resto de la población, algo que se llevará por lo menos este año y la mitad del siguiente (de diciembre de 2020 a junio de 2022, según el documento de la Política Nacional de Vacunación en su revisión del 8 de diciembre de 2020). Eso es sobre los números y aunque se ve muy optimista -ningún país está avanzando según sus planes- por lo menos abre la posibilidad a que la gente tenga mayor confianza y se pueda ir recuperando la economía. Pero además el año que acaba de pasar fue terrible en muchos sentidos, hay muchas personas que perdieron familia y empleo. Pero aquí seguimos, por eso damos gracias y esperamos que todo sea para mejorar y que cuando nos toque el turno de ser vacunados, lo hagamos como es nuestro deber y responsabilidad, si no por nosotros, por quienes nos rodean.
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