El Gobierno español desestima un nuevo confinamiento total de la población para frenar el aumento constante del contagio de covid-19 desde hace un mes, a pesar de que alguna región lo ha pedido ya.
"Algunas comunidades autónomas (regiones) con incidencias muy altas fueron capaces de revertir la situación este otoño aplicando las medidas disponibles", argumentó este miércoles la viceministra de Sanidad, Silvia Calzón, en alusión a cierres perimetrales regionales y municipales, toques de queda y restricciones comerciales y sociales.
También advirtió de los efectos para "la salud mental y física" de un confinamiento tan duro como el de la primavera pasada en España, cuando solo se podía salir de casa para trabajar, comprar alimentos y por motivos médicos, e infinidad de establecimientos y actividades socioeconómicas estuvieron paralizadas.
El país estuvo entonces en estado de alarma, entre mediados de marzo y junio, que fue reactivado el 25 de octubre para contener la segunda ola de la infección.
Según los últimos datos nacionales, publicados ayer por el Ministerio de Sanidad, las regiones españolas registraron 23,700 nuevos positivos en las 24 horas anteriores y 352 muertos.
La incidencia por 100,000 habitantes en los 14 días últimos subió a 296.29, cuando era inferior a 190 el 9 de diciembre pasado.
Cerca de dos millones de personas se han contagiado y unas 51.500 han muerto en el país desde que comenzó la plaga.