Nicaragua aumentó a 164 el número de fallecidos a causa de la pandemia de la covid-19 y a 5,991 los casos confirmados del coronavirus SARS-CoV-2 desde que la enfermedad ingresó al país a mediados de marzo pasado, según el informe semanal divulgado este miércoles por el Ministerio de Salud.
Del miércoles de la semana pasada hasta las 10:00 hora local (16:00 GMT) del martes hubo un nuevo fallecido atribuible a la covid-19 y 53 nuevos casos confirmados o probables por clínica, de acuerdo con el reporte oficial.
En los últimos siete días, indicó el Ministerio de Salud, "se presentaron otros fallecimientos en personas que han estado en seguimiento debido a tromboembolismo pulmonar, diabetes mellitus, infarto agudo de miocardio, crisis hipertensivas y neumonías bacterianas", aunque no especificó ni la cantidad ni si los pacientes estaban diagnosticados con coronavirus.
Según el parte de las autoridades de Salud, desde el inicio de la pandemia hasta el martes han "dado seguimiento responsable y cuidadoso a 4,790 personas", y otras 39 que permanecían bajo una condición similar "han cumplido el periodo establecido".
Los datos del Ministerio de Salud mantuvieron el contraste con los del independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos y voluntarios que da seguimiento a la pandemia, que reporta 2,851 fallecimientos por neumonía y otros síntomas relacionados con el nuevo coronavirus, así como 11,780 casos sospechosos.
El Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega no ha precisado el número de pruebas que ha realizado y se ha limitado a informar del número de casos confirmados, las muertes y recuperados.
El presidente Ortega ha dicho que "Nicaragua es de los países que está mejor calificado" en el manejo de la pandemia, aunque no dijo por quién.
El Ejecutivo ha sido criticado desde diversos sectores por promover eventos masivos y aglomeraciones a contracorriente de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y por no haber suspendido las clases presenciales en medio de la pandemia y apenas establecer restricciones.
Ortega se declaró en contra de la campaña "Quédate en casa" porque, a su juicio, destruiría la economía local, que se ha contraído los dos últimos años y que es mayoritariamente informal.