El presidente electo de Estados Unidos Joe Biden se aplicó la vacuna anticovid
En un acto televisado en vivo, el demócrata y próximo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden recibió la primera inyección de la vacuna contra Covid-19 en un hospital de Newark, Delaware.
La intención del acto es inspirar confianza en los 330 millones de estadounidenses a una semana del arranque de la campaña de vacunación contra el coronavirus en EEUU, el país más golpeado por la pandemia, que acumula 18 millones de casos confirmados y 318 mil defunciones.
La aplicación de la vacuna de Pfizer y BioNTech requiere de dos dosis administradas con 21 días de diferencia para alcanzar el 95 % de protección, según los ensayos clínicos. Se trata de la primera vacuna aprobada en los Estados Unidos, cuya aplicación comenzó el 14 de diciembre pasado dirigida a adultos mayores y personal de salud.
El último fin de semana, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la segunda vacuna para aplicarse en los EEUU, la inmunización desarrollada por Moderna y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos.
La vacunación de Biden en directo también marca distancia con la administración saliente, donde el escepticismo hacia temas científicos trascendentales –como el cambio climático o las vacunas contra el coronavirus– marcó la presencia de Donald Trump en la Casa Blanca.
A partir del inicio de las campañas de vacunación en EEUU y el Reino Unido, el movimiento antivacunas ha tomado fuerza y compartido noticias falsas y teorías de la conspiración a través de las redes sociales.
Apoyados en la premisa de que las vacunas causan autismo (un mito que carece de fundamento científico), miles de personas han compartido su desconfianza hacia el desarrollo de las inmunizaciones y a través de posteos, llaman a la gente a no vacunarse, un riesgo más para la salud pública.
El 17 de diciembre, Twitter anunció que mantendrá una estrecha vigilancia para eliminar tweets con noticias falsas, teorías de la conspiración y reclamos sin verificar sobre las vacunas de Covid-19 que pueden poner en riesgo a la salud pública.