Circular por las carreteras de Honduras, principalmente en el norte y occidente, representa un peligro por los derrumbes de rocas, árboles y lodo, lo mismo que por los daños en las vías y puentes a causa de las intensas lluvias que dejaron las tormentas tropicales Eta e Iota en noviembre.
A más de un mes del paso de las dos tormentas, que dejaron daños en todo el país, con mayor incidencia en el occidente y norte del país, muchos pasos en carreteras importantes y secundarias están habilitados parcialmente con sólo un carril porque el otro fue arrastrado por las descomunales crecidas de ríos caudalosos como el Ulúa y el Chamelecón.
Uno de los departamentos del occidente hondureño es el de Santa Bárbara, cuya cabecera del mismo nombre, lo mismo que municipios cercanos como Chinda, Ilama y San José de Colinas, entre otros, sufrieron graves destrozos en diversos tipos de infraestructura y cultivos agrícolas de café, maíz y fríjoles.