Aferrados a su fe cristiana, pobladores de la aldea La Reina, en el occidente de Honduras, que fue soterrada el 24 de noviembre por un enorme derrumbe del cerro La Correa, creen que ninguno de sus habitantes murió "porque Dios no quiso".
"Aquí no hubo muertos porque Dios no quiso", dijo a Efe Rosendo Ramírez, uno de los damnificados de un centenar de familias que vivían en La Reina, situada en el departamento de Santa Bárbara, en el occidente de Honduras. La causa del derrumbe fueron las copiosas lluvias que dejaron las tormentas tropicales Eta e Iota.