Análisis a tiempo Lo que nadie dice



LO QUE NADIE DICE…
Es cierto que ya se tiene en México la vacuna contra el Covid-19, donde Coahuila y la Ciudad de México, fueron los primeros en recibir estas dosis en las que serán primero los empleados de salud quienes estarían recibiendo la aplicación de estas dosis por ser los que se enfrentan en la primera línea de batalla contra el SARS-CoV-2 por la cercanía con pacientes contagiados.
Así lo decidieron las mismas autoridades que además se está manejando un presunto calendario extraoficial en el que se dan a conocer la fechas en que se irá impartiendo esta vacuna que tiene como prioridad, empleados de la salud, luego adultos mayores, y así sucesivamente tocando a la población en general con edades promedio hasta el próximo junio.
Muchos podrían pensar que la planeación de las autoridades estuvo bien hecha y bien pensada, pero resulta que muchos de los que estarán recibiendo esta vacuna, resulta que están en desacuerdo.
Empleados del Instituto Mexicano del Seguro Social y de la Secretaría de Salud, al menos en esta Región Centro de Coahuila, rechazan totalmente esta vacuna y no están dispuestos a que se las apliquen; no hay muchas excusas ni pretextos, simplemente no quieren ser “conejillo de india” y mucho menos ratones de laboratorio.
Tienen temor a una vacuna que desconocen completamente si traerá alguna consecuencia, y prefieren no arriesgar su integridad física, aunque les hayan dicho que es segura sin una garantía de por medio, es por ello que muchos aplauden la idea de que sean primero los diputados y demás funcionarios públicos los primeros en que se les apliquen estas vacunas.
Por aquello de que no se pierda mucho.

LOS PECADOS DE UN IMPERIO…
Aunque las acciones de la familia de Ancira en Altos Hornos hayan pasado a manos de una Alianza Minerametalúrgica Internacional, donde su presiente del consejo ahora es Julio Villarreal de Villacero, era de esperarse que arrastrarían con todos los pecados cometidos por Alonso Ancira y sus directivos o altos mandos que durante años hicieron lo que quisieron con sus trabajadores.
Poco a poco les fueron restando beneficios, como en el caso de la utilidades que no es un secreto, el que por años estuvieron recibiendo prestamos de diez mil pesos a cuenta de la utilidad del siguiente año sin saber que tendrían números a favor, dejaron de pagar a empresarios y proveedores locales y lo peor fue que no pagaron finiquitos a cientos de trabajadores que cumplían con su cesantía y salían de la empresa con la promesa de que en poca semanas comenzarían a recibir el pago de su terminación.
Mientras esta empresa estuvo en manos de Alonso Ancira y su gente, no sólo se encargaron de estrangular a los empresarios locales y proveedores comerciales, sino a más de 200 familias que desde hace dos años no pueden ver el finiquito que les corresponde al mismo número de ex trabajadores que dieron toda su vida laboral a esta empresa acerera.
El problema se queda para quienes ahora comenzarán a levantar Altos Hornos y por ello los afectados buscan el acercamiento con Julio Villarreal, que seguramente debe estar consciente de todo lo que implicaba adquirir una empresa que la ruñeron hasta acabársela con todo y los derechos que por ley son de los trabajadores.

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