El primer ministro Mark Rutte declaró este lunes el cierre de guarderías, colegios e institutos, y de toda la actividad no esencial, lo que incluye comercios, gimnasios, prostíbulos y museos, hasta el 19 de enero, en el confinamientos más rígido aplicado en Países Bajos desde marzo.
En un discurso a la nación, inusual en un jefe de gobierno neerlandés e interrumpido con pitidos y gritos de fondo de una protesta convocada delante de su oficina contra las restricciones, Rutte confirmó que Países Bajos “estará confinada” de forma inmediata y durante cinco semanas, tras dispararse los contagios a unos 10,000 casos por día.
Dos meses después de cerrar bares y restaurantes para controlar sin éxito los contagios, Rutte, que calificó las medidas de “severas” y “drásticas” pero “vitales”, ha pedido a los ciudadanos reducir sus salidas, confinarse, no viajar al extranjero y limitar el número de invitados a casa a un máximo de dos personas, y a tres en Navidad.