Ya que no es considerado una amenaza para la seguridad nacional
Washington.- El Pentágono autorizó este sábado la liberación de uno de los llamados presos eternos de la cárcel de la Base Naval de Guantánamo, en territorio cubano, ya que no es considerado una amenaza para la seguridad nacional.
El yemení Said Salih Said Nashir, que ha pasado más de 18 años en este penal creado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, casi la mitad de su vida, estaba acusado de ser miembro de Al Qaeda, pero no ha sido ni imputado o liberado por ser considerado peligroso.
El consejo de revisión periódica del Pentágono, creado para determinar el futuro de aquellos que fueron detenidos indefinidamente y que no pueden ser juzgados porque las pruebas en su contra fueron obtenidas bajo tortura, decidió que Said Nashir puede recuperar su libertad.
El yemení es el segundo prisionero que ha obtenido la luz verde para ser transferido desde Guantánamo durante el mandato de Trump, aunque aún tiene que recibir la aprobación del Departamento de Estado, que debe encontrar un país a donde enviarlo que cumpla ciertas condiciones de seguridad.
Ese último obstáculo es aún difícil de salvar debido a la situación de seguridad de Yemen, inmersa en un conflicto civil y donde aún operan grupos extremistas, aunque el detenido podría se transferido a un tercer país.
En la revisión de su condena, los miembros del consejo militar reconocen que Said Nashir no tenía entrenamiento o una posición relevante dentro de Al Qaeda, así como sus esfuerzos para "mejorar durante su detención", entre otras cosas estudiando.
Said Nashir fue detenido en Pakistán el 11 de septiembre de 2002 y transferido a Guantánamo y como otros muchos detenidos en esta prisión creada en la "Guerra contra el Terror" de George W. Bush o no tenían importancia jerárquica o en algunos casos estaban en el lugar erróneo durante el momento equivocado en la convulsa época posterior a los atentados del 11S.
De los 40 prisioneros que aún permanecen en Guantánamo, dos tercios son "prisionero eternos", atrapados en un limbo legal. Seis han recibido el visto bueno para ser liberados, algunos hace más de una década, pero siguen encarcelados.
En 2018, el Pentágono transfirió a Arabia Saudí a Ahmed Muhamed Haza al Darbi, que fue condenado a 13 años de prisión, para que cumpla allí el resto de su condena.
No obstante, en el caso de Said Nashir se recomienda su libertad sin tiempo de condena pendiente.
Los tribunales y cárcel de Guantánamo, donde permanecen entre otros el supuesto cerebro de los atentados del 11S, han costado a los contribuyentes unos 6.000 millones de dólares desde 2002.