Las autoridades arrestaron este sábado a 81 personas en una manifestación en París contra la ley de seguridad que prepara el Gobierno francés, y que concentró a varios cientos de personas, según cifras compartidas por el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
En su cuenta de Twitter, Darmanin indicó que a las 15:50 hora local (14:50 GMT) 81 personas habían sido arrestadas.
"Gracias a los policías y gendarmes que hacen frente a menudo a individuos ultraviolentos", escribió Darmanin en Twitter, junto a una foto de herramientas requisadas por la policía, un destornillador y una llave inglesa.
Este sábado, por tercera semana consecutiva, grupos ciudadanos se concentraron en el centro de la capital para protestar contra la llamada ley de seguridad global y la violencia policial, así como el proyecto de ley de separatismos.
Tras los polémicos encontronazos entre los agentes y manifestantes en las dos marchas anteriores, los sindicatos y asociaciones que convocaron la marcha decidieron en esta ocasión limitarla a las ciudades de provincia para evitar riesgos en París, al considerar que no se reunían las condiciones para garantizar la seguridad de los participantes.
Pese a ello, una parte de los contestatarios hicieron en redes una llamada a la protesta desde la plaza de Châtelet y hasta República, en pleno centro de la capital, que concentró varios cientos de personas a primera hora de la tarde del sábado.
Poco después de su comienzo, las fuerzas del orden intervinieron para detener, según indicó la prefectura de policía, a "individuos violentos" y tratar de "evitar la formación de un grupo de bloques violentos".
La ley de Seguridad global, que ha sido ya adoptada en primera lectura por los diputados, ha recogido fuertes críticas entre la izquierda, asociaciones de derechos humanos y periodistas por la inclusión de un artículo que penaliza la difusión "malintencionada" de fotografías de las fuerzas del orden.
Un punto que sus opositores consideran vago y poco definido y que temen que se traduzca en censura, impidiendo registrar malas prácticas por parte de la policía.
A este controvertido texto se une otro proyecto de ley que busca reforzar la lucha contra el islamismo radical tras los atentados yihadistas que han golpeado Francia en las últimas semanas, criticado por la izquierda que ve en él una forma de discriminación hacia los musulmanes.