ROMA, 11 diciembre.
En tiempos de pandemia y con la exaltación de los nacionalismos en pleno apogeo, el artista español Mateo Maté ha traído a Roma sus banderas, un elemento que ha ganado "un gran protagonismo" en los agitados momentos actuales que vive el mundo.
La Galería Nacional de Arte Moderno de Roma acoge hasta febrero del próximo año la colección "Nacionalismo Doméstico" del artista conceptual madrileño, una instalación que ya tiene quince años (las obras han sido realizadas entre 2004 y 2014) pero que "ha cobrado más vigencia que nunca", como cuenta a EFE el autor.
La muestra ya está montada y la galería se dispone a abrirla al público por internet ya que los museos en Italia están ahora mismo cerrados por las restricciones anti-COVID-19, pero hay esperanza de que puedan reabrir tras el periodo navideño.
Para Maté, quizás por "la exaltación del nacionalismo que vivimos" y que se ha exacerbado durante la pandemia, los elementos que forman la composición no solo no han dejado de tener significado, sino que "han cobrado más vigencia que nunca" cuando tanto lo político como lo doméstico viven épocas agitadas.
Las piezas de esta colección muestran como lo doméstico y privado tienen una fuerte relación con la política y sobre todo con los conflictos nacionales e internacionales.
De ahí nacen sus obras, de la idea de que en lo doméstico también encontramos un campo de batalla. "Todas las obras son de algo cercano a mí y su relación con el poder", comenta el autor.
Para comprender la colección "Nacionalismo Doméstico", Maté comienza primero con una selección de banderas de diferentes países, como España, Estados Unidos, Grecia, Colombia o Italia, pero es su composición lo que sorprende.
Las telas y diseños van con estampados de vichy, que recuerdan a las mesas familiares y a sus populares manteles que, como las banderas, "también se manchan" y hay que "lavarlos", subraya.
Maté expresa así que es en las mesas donde se firman los tratados, se inician guerras, se reparten países, pero también donde comienzan las riñas y los encontronazos familiares.
Esas banderas colgadas y elaboradas con manteles se sitúan luego en mesas de madera, no cuadradas sino con la forma del mapa de cada país.
Por los pasillos de la galería, que se recorren con un silencio fuera de lo normal por la ausencia de visitantes, una cocina de gas prende uno de los fuegos con la forma de la península ibérica que arde metafóricamente, pero representa lo que el autor cree que está pasando los últimos años.
"Todas las obras relacionan iconografía nacional y doméstica intercambiándose" y , pese a que extraña, "funcionan", asegura el artista.
"En este espacio privado, en estos hogares, también hay relaciones de poder, de superioridad, existen zonas de influencia", señala Maté, que reflexionaba sobre la política internacional, en la que la geopolítica determina qué áreas son más importantes para determinados países y dónde ejercerán la influencia externa.
Maté lamenta la soledad en la que sus piezas reposan debido a que los museos en Italia siguen cerrados.
Pero adelanta que está llevando a cabo un exhaustivo "proceso de grabación en el interior" para poder mostrar a un público, aún internauta, la colección que ha traído desde España, en espera de que a principios de enero puedan abrirse las puertas de la galería.