Todo inició en los primeros meses de 2020.
Una combinación de reggae y hip-hop, así como un interminable número de negocios donde se venden objetos para consumir marihuana dan la bienvenida a la Plaza Luis Pasteur. Este lugar, por el que regularmente se accede al Senado de la República, se ha vuelto uno de los principales puntos de reunión de quienes exigen la legalización del cannabis.
Incluso ahora, cuando la Ciudad de México está al borde del semáforo epidemiológico color rojo por el Covid-19, decenas de personas se congregan en la plaza para fumar o para discutir sobre la Ley Federal para la Regularización del Cannabis.
Todo inició en los primeros meses de 2020, cuando activistas instalaron un plantón para exigir su derecho al consumo de la marihuana. Cada vez son más ciudadanos los que acuden al lugar donde ya hay alrededor de mil 200 hierbas sembradas.
El plantón, que también ha crecido con el paso del tiempo, por ahora se encuentra aislado con unas vallas metálicas rojas y son muy pocos quienes se encuentran ahí, pero donde sí se puede ver a decenas de personas es en las orillas de la plaza.
Casi sobre Paseo de la Reforma se comercializan hookahs, distintos tipos de papel para preparar porros y otra clase de insumos. Algunas personas usan cubrebocas, pero la mayoría decide quitárselo para platicar y fumar.
Rara vez las medidas de sana distancia son acatadas entre los grupos donde hay más de dos ciudadanos. El calor de la conversación hace que se olviden de las recomendaciones sanitarias de la Secretaría de Salud para prevenir contagios de coronavirus.
Esta aglomeración ocurre, en parte, porque senadores y diputados han aplazado cuatro veces la aprobación de la Ley Federal para la Regularización del Cannabis. La legislación estuvo congelada en el Senado casi todo 2020 y, cuando por fin ese recinto la aprobó, la Cámara de Diputados pidió una nueva prórroga para discutir la iniciativa.
Ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) permitió a los diputados aprobar la ley del cannabis hasta el próximo año, mientras los consumidores de esta hierba insistieron en que esto representa una vulneración a sus derechos.
"Que lo hicieran el día de hoy [10 de diciembre] es un insulto porque es el Día de los Derechos Humanos. Le autorizan al Congreso otro periodo legislativo para resolver un problema constitucional que viola los derechos de las personas que fuman cannabis", dijo José Rivera, del Movimiento Cannábico Mexicano.
Pepe también es uno de los integrantes del plantón en la Plaza Luis Pasteur. Al contrario de lo que ocurre en el exterior, los manifestantes que viven en carpas y casas de campaña limitan el acceso a la gente. Sólo entre 10 y 20 activistas hacen sus actividades.
Aunque en un inicio sólo fueron sembradas 12 plantas de cannabis, al interior del plantón ya se observan casi en cualquier lugar: en macetas, en botes de plástico y en la misma tierra donde crecen los árboles del Senado.
En el plantón también destaca un pequeño antimonumento en nombre de quienes han sido detenidos de manera violenta por poseer la cantidad mínima de marihuana. Los activistas recuerdan esos hechos con un zapato de cada víctima, donde se sembró una cannabis.
El tiempo no sólo ha hecho crecer la manifestación, que se extiende hasta las puertas del Senado, también ha resecado el sembradío de marihuana. La temporada invernal ha opacado el color verde de las cannabis que hace unos meses atraía la vista de inmediato.
No obstante, pese a la emergencia sanitaria y la pérdida de color que ha adquirido el plantón, los manifestantes avisan que no se irán del lugar hasta que se apruebe una ley que no criminalice a quienes fuman marihuana y se les otorgue el derecho de hacerlo sin ser detenidos.
"Se han querido olvidar de nosotros y hemos sido invisibilizados por toda la sociedad, pero si no nos quieren oír, nos van a oler", aseveró José Rivera.