¿Cierre de comercios?
“Vamos a ponernos al tiro”: así lo dijo el alcalde de Monclova con respecto a la reducción en el horario de cierre de los comercios principalmente de la zona centro, refiriéndose a que no debemos bajar la guardia ante el incremento de casos de Covid-19 en la entidad.
Y es que, si algo nos ha enseñado esta pandemia, es que el cierre de negocios definitivamente no resulta en otra cosa más que en una asfixia económica para todos los ciudadanos; recordemos el cierre casi total de todos los pequeños comercios por allá de marzo, se antoja ya lejos, sin embargo, los resultados de ello son simplemente desgarradores y hasta la fecha los efectos no comienzan siquiera a revertirse, es más, incluso ni a frenarse totalmente.
Si bien es cierto que paso a paso la actividad comercial en la región ha ido avanzando, cientos de comerciantes independientes definitivamente tuvieron que buscar nuevas formas de ingreso para poder solventar el duro golpe que el virus de Wuhan y la falta de responsabilidad de nosotros los coahuilenses lograron.
Todos esos negocios que cerraron en su momento a falta de capital para mantenerlos sin un ingreso y, además, pagando en ocasiones sueldos a empleados, difícilmente volverán a operar. En muchos casos, esos pequeños establecimientos llevaban los ahorros de toda una vida y, una vez perdidos, el retorno se vislumbra francamente imposible.
Así pues, de lo ya vivido es momento de aprender y reaccionar; a partir de este lunes, los horarios de cierre se vieron reducidos para tratar de frenar la nueva ola de contagios, pero dentro de lo malo, parece ser menor, comparado con un cierre total o una reducción de horarios más agresiva como la que apenas hace unas semanas aún vivíamos.
Incluso los comerciantes adoptaron la medida, digamos, de buena manera, aceptando que es mejor eso a lo ya sucedido, comprometiéndose a mejorar las medidas de seguridad para poder seguir operando. Y es que realmente ajustar el cierre a las 20:00 horas realmente no parece una medida tan tajante, pero esto es porque también es cierto que la población de la región (en su mayoría) ha adoptado las recomendaciones del sector salud.
Es decir, después de ser el foco más rojo de Coahuila, Monclova y alrededores supieron manejar la situación disminuyendo drásticamente el número de contagios en tiempo récord, dejando el cetro a Torreón, la contraparte ciudadana que parece pensar que, como Navidad está a la vuelta de la esquina, el virus ya no ataca o tiene menos fuerza. Sin embargo, el número de decesos diarios por Covid-19 nos indica totalmente lo contrario y para muestra un botón.
Lo malo es que, como en todo, hay gente que desea llevar la contraria aún viendo la tempestad: gente sin cubrebocas en los mercados ambulantes, aglomeraciones en domicilios particulares que distan mucho de tomar las medidas mínimas necesarias ya recomendadas hasta el cansancio y peor aún, personas que aún creen que el virus es un invento del gobierno, entre otras muchas cosas que nos hacen avanzar, pero a pasos muy lentos.
Ya no quiero ni pensar en las inminentes posadas decembrinas, las reuniones de Navidad y para finalizar las de Año Nuevo. Esto sin tomar en cuenta el ya conocido ‘maratón Guadalupe-Reyes’, que sin duda elevará el número de casos a finales de mes y, aunque se supone que Coahuila recibirá las primeras dosis de la vacuna para el Coronavirus, no será hasta después de varios meses que llegue al ciudadano promedio.
Así que de nuestro lado está la pelota, ya decidiremos si volver al cierre nuevamente casi total del comercio o aguantarnos tantito y “ponernos al tiro”.
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