La región norte de Honduras continúa en tareas de limpieza de montañas de lodo y todo tipo de basura, y la reactivación del quehacer productivo, ocho días después de que la tormenta tropical Iota salió del país dejando decenas de muertos y millonarias pérdidas a la infraestructura aún no cuantificadas.
Una semana después de que Iota salió de Honduras por la región sur hasta entrar al Pacífico, en varias zonas del norte de Honduras el nivel del agua no ha terminado de descender, como en unos cinco barrios del municipio de La Lima, de más de 100.000 habitantes, uno de los más destrozados y donde impera un ambiente putrefacto.
En menos de dos semanas, La Lima y municipios vecinos como San Manuel, El Progreso, Villanueva y Pimienta, entre otros, sufrieron desde el 4 de noviembre severas inundaciones por las tormentas tropicales Eta y Iota, a las que sumaron otras precipitaciones que han azotado la región noroccidental desde el pasado día 21.
Hoy, las aguas del caudaloso río Chamelecón, que cruza por el centro de La Lima, una de las zonas bananeras más importantes en el siglo pasado, explotada por la multinacional estadounidense United Brands, han comenzado a bajar, lo que le ha permitido a muchos de sus pobladores damnificados acercarse a sus casas para limpiarlas del promontorio de lodo y basura en que las dejaron las inundaciones.
Varios campos bananeros cercanos a La Lima también continúan anegados, igual que otras regiones de El Progreso (departamento de Yoro) y San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante; Villanueva, San Manuel, Potrerillos y Pimienta (Cortés).
Otro río caudaloso, el más grande de Honduras, que nace en el occidente y desemboca en el Caribe, también ha comenzado a bajar su caudal, después de haberse desbordado en tres ocasiones, inundando, con el Chamelecón, todo el extenso y fértil valle de Sula.
En otros departamentos como Santa Bárbara, Copán, Ocotepeque y Lempira, en el occidente hondureño, por ejemplo, varias comunidades siguen incomunicadas por los destrozos causados por las dos tormentas tropicales en carreteras y puentes.