El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, anunció hoy que asignará 500 millones de dólares a combatir la covid-19 gracias a un aplazamiento del pago de un crédito de 1,000 millones por parte de Rusia.
"La salud de la gente es lo más importante y eso es algo que no podemos ignorar", dijo Lukashenko, según informó la presidencia en un comunicado.
La mala gestión gubernamental de la pandemia es considerada uno de los factores del descontento popular que condujo después de las polémicas elecciones presidenciales del 9 de agosto a las mayores protestas en la historia del país.
Lukashenko negó en un principio la existencia de la pandemia, que tachó de "psicosis colectiva", afirmó que "ni una sola persona" había muerto de covid-19 en la antigua república soviética y recetó a los bielorrusos vodka, sauna o una larga jornada a bordo de un tractor.
Esta actitud negacionista llevó a la Organización Mundial de la Salud a enviar una misión de inspección al país, que criticó la política de las autoridades locales.
Ni siquiera reconoció el autoritario líder bielorruso el peligro de la enfermedad después de que sus médicos personales le informaran de que había contraído el virus, aunque de manera asintomática.
En Bielorrusia, donde ya son 118,008 los casos y 1,067 los muertos por coronavirus, el régimen de uso obligatorio de la mascarilla sólo se impuso el 18 de noviembre.
Lukashenko, en el poder desde 1994, pronosticó que 2020 "será un año muy difícil".
"Por eso, habrá que aguantar y apretar los dientes", afirmó el líder bielorruso, cuya dimisión es demandada por la oposición en el exilio y los decenas de miles de bielorrusos que se manifiestan contra el régimen desde hace más de cuatro meses.